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El Papa, la Iglesia y la satrapía
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Graciano Palomo

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El Papa, la Iglesia y la satrapía

Me ha sorprendido que el representante de Cristo en la tierra haya preferido hacer mutis por foro itálico sobre la dictadura en forma de comunismo fracasado que existe en Venezuela

Foto: El papa Francisco oficia la Santa Misa en la Plaza de la Libertad en Tallin. (EFE)
El papa Francisco oficia la Santa Misa en la Plaza de la Libertad en Tallin. (EFE)

Un profesor de la Universidad Pontificia me alerta: pierde toda esperanza de que Fernando Giménez Barriocanal sea despedido como vicesecretario general de la CEE y de la presidencia de COPE (en TRECETV tiene a un edecán sumiso y a sueldo que dice llamarse Julián Velasco), porque no hay obispo en todo el territorio nacional (Cataluña incluida) al que Barriocanal no haya hecho algún favorcillo que otro en forma de denarios.

"Él lo sabe y aprovecha esa circunstancia para no desaparecer en los privilegios que le suponen mandar en COPE a nivel de representación…".

Y así continúan las cosas en la Iglesia española, más dividida que nunca y con menos "clientes" que siempre, mientras la jerarquía católica se automasajea en plan "pasota".

Hace unos días leí un feroz artículo de un reputado columnista en el que ponía a escurrir al papa Francisco por su equidistancia ante el problema venezolano. No me atrevería yo a tanto, ni siquiera a recordarle a su paisana Cristina Fernández de Khirchner, la amiga de Baltasar Garzón corrupta hasta las cachas.

placeholder El papa Francisco. (EFE)
El papa Francisco. (EFE)

Puedo entender la prudencia franciscana ante un asunto tan delicado para un jefe universal de la Iglesia que, además, es argentino y del continente. Por encima de todo, los curas nos enseñaron que "la verdad nos hará libres" (sic). ¿Cuál es la verdad en Venezuela a la que tanto cuesta reconocer al jefe del Vaticano? Que hay una dictadura en forma de comunismo fracasado, que ha asesinado y asesina a miles de personas, que hay millones pasando hambre (literal) y que no hay forma de poder llevar una vida digna de un ser humano bajo esos parámetros políticos. ¿Tiene que ser la Iglesia de Cristo, la de los pobres, la única que no se entere de lo que allí está ocurriendo?

¿Qué teme Francisco? ¿Qué le saquen algún otro caso de abusos de niños por parte de algún cura, obispo o cardenal?

Practicar la máxima evangélica ("La verdad os hará libres") conlleva pagar un precio. En ocasiones altísimo. Me ha sorprendido que el representante de Cristo en la tierra, la persona en la que tantas esperanzas habían depositado miles de millones de seres humanos, católicos o no, haya preferido hacer mutis por foro itálico.

Frente a la dictadura, el terror y la satrapía poco hay que pensarse las cosas.

Un profesor de la Universidad Pontificia me alerta: pierde toda esperanza de que Fernando Giménez Barriocanal sea despedido como vicesecretario general de la CEE y de la presidencia de COPE (en TRECETV tiene a un edecán sumiso y a sueldo que dice llamarse Julián Velasco), porque no hay obispo en todo el territorio nacional (Cataluña incluida) al que Barriocanal no haya hecho algún favorcillo que otro en forma de denarios.

Fernando Giménez Barriocanal Baltasar Garzón