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El 'moderado' Pedro Sánchez incendia el PSOE y España
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Graciano Palomo

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El 'moderado' Pedro Sánchez incendia el PSOE y España

Su "moderación" y sus provocaciones han incendiado el país, amén de su propio partido. ¿Cuánto le importa el asunto? Tanto como nada

Foto: El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. (EFE)
El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. (EFE)

En Sánchez, lo único relevante es el poder. Le quitas ese ingrediente y solo queda un ser escuálido en intelecto, básico en lecturas y sospechoso en lealtades. El típico humano al que se puede aplicar el dicho clásico consistente en dar al monaguillo un carguillo, aunque en este caso es la silla de primer ejecutivo de la nación.

Desde el poder tiene una ventaja: que no tiene memoria y lo mismo puede defender a las 9 horas la vía para el "socialismo del siglo XXI", que sesenta minutos más tarde dar un plazo para que el sátrapa abandone toda esperanza. Lo mismo puede pactar con Albert Rivera el lunes su lugar en el olimpo monclovita, que unas horas más tarde tacharle de radical/fascistoide. Este es Sánchez.

Al presidente le quitas el poder y solo queda un ser escuálido en intelecto, básico en lecturas y sospechoso en lealtades

Por eso es tan sospechoso el papel que le ha puesto a leer en los últimos días Iván Redondo; rol nada creíble en una persona que ha demostrado no creer en nada, excepción hecha en el poder y su ejercicio. Ese rol pasa por presentarse dentro y fuera como un 'moderado'. Tan moderado que se pone la Constitución y el derecho del resto de los contribuyentes por visera. Arramplar con todo lo fungible mientras dure. ¿Significa ello que Sánchez se ha pasado a los postulados de Max Webber o Bakunin? ¡No! Ni siquiera saben quiénes son esos teóricos del marxismo/socialismo. Las tesis les importan tanto como una higa. Estamos hablando de Sánchez… Al que tanto le da, como le da lo mismo, siempre y cuando pueda presumir su palmito, oiga, ¡que soy el presidente!, ¡sí, sí, yo soy el presidente!

Su "moderación" y sus provocaciones han incendiado el país, amén de su propio partido. ¿Cuánto le importa el asunto? Tanto como nada. Cuando Sánchez va por el mundo dando lecciones de moderación, ojo, algo ocurre. Cuando Sánchez tiene la desfachatez de presentarse a sí mismo como el hombre del "sentido común" sin pedir hora al psicólogo, algo grave está ocurriendo por estos lares.

Sánchez es tan moderado que se pone la Constitución y el derecho del resto de los contribuyentes por visera

En este contexto, ya sabemos lo que dirá, y ordenará decir a sus empleados mediáticos (RTVE, Alegría, Fortes, Sala, Heizmann, Cacho, Félix Millán, etc.), el próximo lunes después de que miles y miles de españoles, que no abrevan en sus pesebres como los anteriormente citados, hayan inundado el centro de Madrid: ¡radicales!

¡Vivir para ver!

En Sánchez, lo único relevante es el poder. Le quitas ese ingrediente y solo queda un ser escuálido en intelecto, básico en lecturas y sospechoso en lealtades. El típico humano al que se puede aplicar el dicho clásico consistente en dar al monaguillo un carguillo, aunque en este caso es la silla de primer ejecutivo de la nación.

Pedro Sánchez