Es noticia
Campaña: caos en la aceleración de sentimientos
  1. España
  2. Palo Alto
Graciano Palomo

Palo Alto

Por

Campaña: caos en la aceleración de sentimientos

No puede ser que los españoles estén preocupados, sumamente preocupados, por la situación económica y el desempleo y, sin embargo, Sánchez se dispare en los sondeos

Foto: Foto: EFE
Foto: EFE

Todo el mundo dice no creerse las encuestas, pero todo Cristo acude raudo y veloz a beberse lo último que se cuelga en los medios a tal propósito, especialmente los directamente interesados. Me situó a medio camino entre el desprecio a lo demoscópico y los que creen a pie juntillas que cualquier consulta telefónica sobre el destino del voto es un auto de fe.

Un mero ejercicio interpretativo por lo oído y leído ante el desenlace del 28-A permite concluir que, si lo que los sondeos preanuncian se cumple, el pueblo español habrá dictado sentencia en base a los "sentimientos". Ya es un axioma en este país decir que frente a "sentimiento" no cabe "argumento", dejando en mal lugar al maestro de la Lógica que fue San Agustín.

Foto: El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, interviene en el acto con el que el partido inicia su campaña electoral. (EFE)

De repente, desaparecen del debate y la controversia pública los desahucios; el leviatán del paro pasa al baúl de los recuerdos e incluso la pervivencia o no del Estado parece una antigualla que se da por superada. Las pensiones se tocan de refilón y el sentir nacional solo se agita cuando algún ganapán del otro mundo osa poner sus pies en la vieja y abigarrada Historia de España.

Aquí lo que funciona es el "sentimiento". El resto, la razón y el análisis serio, es una mala bagatela. Sentimiento por la caza; sentimiento por la imperceptible igualdad; sentimiento por la Momia; sentimiento por Eldorado perdido; sentimiento, en fin, por lo que podíamos ser y no somos.

Foto: Una mujer deposita su voto en la urna. (Efe)

Solo desde esa perspectiva sentimental se puede entender algo de lo que ocurre. No puede ser que los españoles estén preocupados, sumamente preocupados, por la situación económica y el desempleo y, sin embargo, Sánchez se dispare en los sondeos. No puede ser que una inmensa mayoría de ciudadanos muestre preocupación porque España deje de ser España y, acto seguido, digan que van a votar a Sánchez. Es un sin dios laico e irracional. Se puede votar a Sánchez por muchas cosas, pero no, desde una óptica de lógica aplastante, por las grandes preocupaciones que dicen los españoles les dejan ojipláticos.

Ponga un sentimiento en su vida porque de lo contrario no es usted nada. El 28-A será un sentimiento al modo argentino. Implacable e inabarcable sentimiento.

Todo el mundo dice no creerse las encuestas, pero todo Cristo acude raudo y veloz a beberse lo último que se cuelga en los medios a tal propósito, especialmente los directamente interesados. Me situó a medio camino entre el desprecio a lo demoscópico y los que creen a pie juntillas que cualquier consulta telefónica sobre el destino del voto es un auto de fe.