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Esa igualdad mórbida
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Graciano Palomo

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Esa igualdad mórbida

Nadie en su sano juicio puede sostener que la desigualdad tiene que establecerse por razones de linaje, apellidos, amistades u otras consideraciones que no sean su capacidad

Foto: Pedro Sánchez en un evento sobre igualdad. (EFE)
Pedro Sánchez en un evento sobre igualdad. (EFE)

El tema de la "igualdad" es uno de los escasos argumentos que la izquierda presenta como mantra sin pararse a distinguir entre galgos y podencos. Algo por lo demás que se pregona más fácilmente que se predica. ¿Acaso el jefe del PSOE es lo mismo que el cancerbero de Ferraz? ¿Quizá Pablo Iglesias tiene la misma consideración en Podemos que el asistente de Echenique? ¿Por ventura el director de 'La Sexta' goza de menos privilegios (sueldo, despacho, etc…) que el redactor recién incorporado?

Nadie en su sano juicio puede sostener que la desigualdad tiene que establecerse por razones de linaje, apellidos, amistades u otras consideraciones que no provengan de su capacidad, mérito, esfuerzo, honradez y talento. Es un hecho cierto que existe desigualdad desde que el mundo es mundo y mucho me temo que continuará siendo así. Personalmente, nunca he visto tanta desigualdad que en los regímenes comunistas donde la "nomenklatura" lo tiene todo y el pueblo al que dicen servir carece de lo más mínimo. Desde la extinta URSS a Venezuela o Cuba, sin ir más lejos.

Foto: El presidente del Partido Popular, Pablo Casado. (EFE)

Cuando oigo a Sánchez perorar sobre la "igualdad" que ha convertido, como escribo, en un 'leitmotiv' básico para revindicar su continuidad como inquilino de la Moncloa, me produce, a la vez, ternura y encabronamiento. He conocido pocos primeros ministros —y los he conocido a todos desde la restauración democrática— con más sentido del cargo, con más ascética de la "diferencia", "porque soy el presidente del Gobierno, oiga, … es que soy el presidente…".

Si lo que quiere afirmar —que no lo quiere— es que España debe ser el país de las oportunidades en igualdad para todos es algo en lo que difícilmente podemos estar en desacuerdo. Si lo que promete es que todos los ciudadanos tendrán el mismo nivel de vida, el mismo sueldo, y todos podrán viajar en Falcon, tener sirvientes en el palacio de la Moncloa y las respectivas esposas gozar de privilegios laborales, sencillamente está mintiendo.

Lo que pregona Sánchez y otros conmilitones es "igualdad mórbida", además de falsa. Hay mucha gente, al parecer, que se lo cree. La igualdad tiene que resultar necesariamente de "partida", no de "llegada". Que todos tengan la misma oportunidad de prepararse técnicamente (sin atender si su familia tiene dinero o posición), pero llegar debe ser cuestión de trabajo, honradez, determinación, riesgo y talento.

El resto es pura fruslería falsa.

El tema de la "igualdad" es uno de los escasos argumentos que la izquierda presenta como mantra sin pararse a distinguir entre galgos y podencos. Algo por lo demás que se pregona más fácilmente que se predica. ¿Acaso el jefe del PSOE es lo mismo que el cancerbero de Ferraz? ¿Quizá Pablo Iglesias tiene la misma consideración en Podemos que el asistente de Echenique? ¿Por ventura el director de 'La Sexta' goza de menos privilegios (sueldo, despacho, etc…) que el redactor recién incorporado?

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