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El caballero que rumiaba la venganza
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Graciano Palomo

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El caballero que rumiaba la venganza

Garrido invoca argumentos de centrismo, liberalismo y moderación. Lo que sucede es que descubrió que el PP de Casado ya no casa con dichos principios de la noche a la mañana

Foto: El expresidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido. (EFE)
El expresidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido. (EFE)

No había transcurrido ni un mes desde que Pedro Rollán, el vicepresidente en la CAM de Ángel Garrido y su hombre de confianza, me había intentado convencer de que pese al "feo" de Pablo Casado optando sorpresivamente por Isabel Díaz Ayuso frente al sustituto de Cristina Cifuentes, "nos vamos a portar como caballeros que llevan muchos años en el PP y quieren seguir estando…".

En la mañana del pasado miércoles 24 se ejecutaba una venganza —humana, desde luego— que pondrá punto final a una carrera política y, sobre todo, pasará a liderar 'in eternum' la triste historia de aquellos que dicen con hechos que están en política para ocupar cargos y vivir de ellos.

Foto: La candidata del PP a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE)

Garrido invoca para el salto mortal en el hoyo 13 argumentos sobre el centrismo, el liberalismo y la moderación. Respetables, en cualquier caso. Lo que sucede es que descubrió que el PP de Casado ya no casa con dichos principios de la noche a la mañana. No creo que en el caso de haberse "derechizado" el Partido Popular bajo la égida del palentino (que también podría ser) lo fuese mayor el día en el que el hombre que lleva militando 30 años en las filas de los populares llamó a Ignacio Aguado para ofrecer sus servicios a Rivera. Quizá sí hubiera ausencia de liberalismo y exceso de amiguismo —que también podría ser— del mismo modo que lo habría en la hora en que aceptó ir de número 4 al Parlamento Europeo, que es algo por lo que muchos matan.

Irónicamente, el mayor protagonismo público que jamás tuvo un hombre gris como Garrido, rodeado de otros aún más grises, ha sido precisamente el día en el que abjuró de seis lustros de militancia con cuyo carnet se ganó, además, muy bien la vida.

placeholder El presidente del PP, Pablo Casado y la candidata a la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE)
El presidente del PP, Pablo Casado y la candidata a la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE)

Soy de los que creen que la evolución en todos los aspectos de la vida es un derecho fundamental. Pero la "evolución" no la "venganza", insisto, que también está en el catálogo esencial de la condición humana.

Ahora relatan algunas sorpresas más que pudiera dar el sustituto de Cifuentes. Incluso, dicen, apelando y tirando de sus relaciones personales para después del 26-M con infiltrados en la lista autonómica del PP en el caso de que pudiera darse el descabalgue.

Todo fluye, amigos. Nada permanece. Salvo la vieja máxima: Dios me libre del agua mansa que de la violenta me libro yo. Ni siquiera perdió un minuto en algo obvio y socorrido: borrar los tuits en los que ponía a caldo a sus nuevos jefes.

Resulta que el muchacho silente y atildadito atacó por la retaguardia.

No había transcurrido ni un mes desde que Pedro Rollán, el vicepresidente en la CAM de Ángel Garrido y su hombre de confianza, me había intentado convencer de que pese al "feo" de Pablo Casado optando sorpresivamente por Isabel Díaz Ayuso frente al sustituto de Cristina Cifuentes, "nos vamos a portar como caballeros que llevan muchos años en el PP y quieren seguir estando…".

Pablo Casado Isabel Díaz Ayuso