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El secreto eran 26.500 millones
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Graciano Palomo

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El secreto eran 26.500 millones

Ocultar —porque se sabía y los papeles a enviar a Bruselas estaban redactados y firmados— un dato como los 26.500 millones, de aumento en la presión fiscal, se me antoja profundamente inmoral

Foto: Pedro Sánchez celebrando los resultados electorales en Ferraz. (Reuters)
Pedro Sánchez celebrando los resultados electorales en Ferraz. (Reuters)

Carlos Segovia, uno de los mejores informadores/opinadores económicos de España, les descubrió rápidamente. Escribió esto a las 48 horas de que se cerraran las urnas: "Escándalo con nocturnidad. Dos días después de las elecciones, el Gobierno comunica a Bruselas su plan recaudatorio para la legislatura que sube la presión fiscal en 26.500 millones… ¿No era un dato que debieron conocer antes los votantes?".

No es este proceder algo que sea predio exclusivo de Sánchez. No. Pero fue avisado por Rivera y Casado en los dos sucesivos debates electorales que perdió clamorosamente. Tampoco sus votantes se pueden llamar a andanas… Sabían perfectamente que entre los planes del PSOE si revalidaba su poder estaba subir los impuestos, eso sí, siempre adobado con la coletilla "solo a los ricos…". ¿Quieren engañar a alguien, a algunos o a todos a la vez? Los ricos, los auténticamente ricos, no van a pagar más porque tienen su 'jurdó' a buen recaudo donde Hacienda no puede meter mano. Todos sabemos que será la escasa clase media que resta en España —tras los siete años de Cristóbal Montoro— la que acoquine con esos 26.500 millones de euros que durante los próximos cuatro años el Gobierno pretende trincar. Y lo demás son bromas.

Los ricos, los auténticamente ricos, no van a pagar más porque tienen su 'jurdó' a buen recaudo donde Hacienda no puede meter mano

Durante esos debates electorales, que no han influido lo más mínimo en la voluntad de los electores, entre otras cosas porque Pedro Sánchez se mostró como un dirigente escasito, tanto Albert Rivera como Pablo Casado advirtieron que la izquierda se aprestaba a volver la mano al bolsillo. El resultado del 28-A quizá permitiera colegir que ello, que va a ser verdad, les importa una higa a los contribuyentes o quizá piensen que la recaudación no va con ellos.

Foto: La ministra de Hacienda, María Jesús Montero (Efe)

Sabemos de las trapacerías durante las campañas de unos y otros. Pero ocultar —porque se sabía y los papeles a enviar a Bruselas estaban redactados y firmados— un dato como los 26.500 millones, como mínimo, de aumento en la presión fiscal, se me antoja profundamente inmoral en un sainete donde vale todo.

Y no vale todo, señor Sánchez.

Carlos Segovia, uno de los mejores informadores/opinadores económicos de España, les descubrió rápidamente. Escribió esto a las 48 horas de que se cerraran las urnas: "Escándalo con nocturnidad. Dos días después de las elecciones, el Gobierno comunica a Bruselas su plan recaudatorio para la legislatura que sube la presión fiscal en 26.500 millones… ¿No era un dato que debieron conocer antes los votantes?".

Pedro Sánchez