Lo del centro

Es ya un axioma afirmar que las grandes potencias democráticas del mundo solo se pueden gobernar desde posiciones de moderación y sentido común, esto es, centrismo.

Adolfo Suárez pilotó la Transición desde esos presupuestos. Felipe González tomó el testigo después de haber enterrado el marxismo en el PSOE (por cierto, lo hizo con una valentía y una habilidad pasmosas) y estuvo catorce años en el poder —incluso con mayoría absoluta— haciendo cosas muy importantes para España. José María Aznar bajó personalmente del monte y montó un Partido Popular que llegó finalmente al poder cuando se instaló en posiciones centristas, de aquella manera, pero centristas.

TE PUEDE INTERESAR

Vitoria, 3 de marzo de 1976: así fue la mayor masacre de la Transición

Marta Medina

Mariano Rajoy siempre fue un presidente conservador moderado o un moderado conservador. El error de Pablo Casado —además de las circunstancias— es no haber sabido aguantar la presión a su derecha; es decir, Abascal&Ortega&Espinosa.

En esas estamos. El PP tiene ahora mismo el problema que tuvo el PSOE en el 2015 y en el 2016 con Podemos y Ciudadanos. La estrepitosa derrota en la noche del 28-A pone, en efecto, a la muchachada de Casado ante una fuerte tesitura. De ahí, el quilombo habido en el seno del Comité Ejecutivo Nacional al día siguiente de los comicios.

Los 'populares' tienen ahora mismo el problema que tuvo el PSOE en el 2015 y en el 2016 con la irrupción de Podemos y Ciudadanos

La pregunta que recorre ahora mismo las entrañas populares es si el resultado del 28-A se hubiera producido si al mando de las operaciones hubiera estado el gran "ausente", Alberto Núñez Feijóo.

Es una pregunta baladí porque la historia nunca recoge las posibilidades sino la realidad.

Se pongan como quieran el centro existe. Y es mayoría.