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Graciano Palomo

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¿Tiene algún futuro Podemos?

Tengo para mí que pronto veremos más dimisiones y fugas, sobre todo, entre aquellos que no disfrutan del festín que suponen los altos sueldos y demás prebendas

Foto: Pablo Iglesias tras los resultados de las municipales. (EFE)
Pablo Iglesias tras los resultados de las municipales. (EFE)

Tal y como fue concebido primigeniamente por Iglesias, Monedero, Bescansa, Alegre, Montero y Errejón, NO. Demasiadas confluencias, excesivos círculos para hacer agua a las primeras del cambio.

Tengo para mí que pronto veremos más dimisiones y fugas, sobre todo, entre aquellos que no disfrutan del festín que suponen los altos sueldos y demás prebendas de la 'nomenklatura' como es el paradigmático caso de la pareja Iglesias/Montero. En sus últimos mítines, el gran conducator apelaba a la "conciencia de clase" con el mismo lenguaje y hasta argumentos de los que utilizaban Lenin y Trotsky (hasta que fue purgado primero y posteriormente asesinado por el español Ramón Mercader, por encargo de los estalinistas) en la famosa e histórica Revolución de Octubre del 17 con las consecuencias de todos conocidas.

Da la impresión —alguna información dispongo al respecto— de que los que fueron sus jefes en Izquierda Unida (IU) creen llegado el momento de desembarazarse del "coletas" porque les ha venido humillando, día sí y noche también. Al final, se quedará como una porción residual similar a lo que antes fue Julio Anguita y su refundación postcomunista tras la hecatombe que supuso la caída del Muro de Berlín y la voladura de la URSS.

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, el pasado 28 de mayo a su llegada al Consejo Europeo informal en Bruselas. (EFE)

La única salida de Iglesias es tocar poder. Sánchez le tiene en su ratonera y las elecciones del 26-M le han venido como anillo al dedo a la hora de tratarle como un súbdito político. Porque si a menos votos, poder institucional inexistente, la rebelión a bordo de unas mesnadas que le culpan a él y a su pareja del desastre la tendrá encima de la mesa antes incluso de que eche andar una inquietante legislatura.

Tal y como fue concebido primigeniamente por Iglesias, Monedero, Bescansa, Alegre, Montero y Errejón, NO. Demasiadas confluencias, excesivos círculos para hacer agua a las primeras del cambio.