Las almas que conviven en Ciudadanos

No nos dejemos embaucar. Quién manda en Ciudadanos es Albert Rivera; lo manda todo, igual que Sánchez en el PSOE, Casado en el PP, Iglesias en Podemos y Abascal en VOX. Luego, los que más influyen en los que deciden son los distintos "círculos interiores" que son cooptados, a su vez, por los propios comandantes en jefe.

Bien. Ciudadanos fue comisionado por el pueblo —tanto en las generales del 28-A como en las locales y autonómicas del 26-M— para ser la bisagra en las puertas de los dos partidos que mayor representación popular obtuvieron. Ese es un rol sustancial, que no es en modo alguno baladí. Le gustaría ser, sin discusión y en solitario, el líder con el que batirse en duelo con Sánchez; está seguro de que no le duraría ni tres asaltos. Pero las cosas son las que son. Si apoyara al socialista en su reenganche en Moncloa muchos de sus votantes huirían despavoridos porque, según los estudios más creíbles, sus apoyos vienen básicamente del PP y también de nuevas jornadas de jóvenes no de izquierdas que se han incorporado al voto naranja al entender que es algo "nuevo" frente a la imagen viejuna que hasta ahora ha ofrecido el PP.

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Europa Press

¡Claro que hay diferencias, y muy fuertes, entre los miembros de la dirección! Se la juegan con los pactos. De ahí los permanentes remilgos a las huestes de Abascal… Pero necesitan sus votos. Cierto es que han dejado esa "mesa" al Partido Popular por un prurito de imagen que es entendible en política donde todo o casi todo es imagen en una sociedad líquida como la que padecemos.

Lo que sorprende es la posición actual de algunos de sus dirigentes que aporrearon la puerta de Mariano Rajoy en busca de un ministerio, secretaria de Estado o presidencia de empresa pública y ahora se mueren por abrazarse con el poder socialista. Dice poco respecto a las convicciones. Pero estamos hablando de política… Que es lo más parecido al "realismo mágico" que magistralmente describiera Gabriel García Márquez (Gabo) en los paisajes de Antioquia (Colombia).

Al final, sucederá con los pactos y el reparto del poder lo que es de natural que suceda. ¡Lástima tanta pérdida de tiempo y dinero!