¿Toca ya ponerse a trabajar?

Desde hace más de tres años y medio el poder legislativo español, esto es, las Cortes Generales, no han producido una sola reforma de fuste, reformas que tanto necesita la economía, el entramado institucional y la sociedad que acude atónita a pagar religiosamente sus impuestos mientras su clase política los dilapidan en bagatelas.

Desde el año 2015 esto es un carajal ingobernable y, además, carísimo. Esos políticos son percibidos por una mayoría de la sociedad pagana (de pagar) como sujetos que "van a lo suyo", ajenos en muchos supuestos a los graves problemas que embargan a los ciudadanos y que se navajean inmisericordes entre ellos en pos de cualquier ventaja que apuntale su prurito de poder y aumente el ego y el pecunio.

España sobrepasa con creces el billón de euros en deuda pública

Llevamos un sinfín de elecciones y ahora mismo los problemas se pudren mientras ellos discuten acerca de quién es más rojo, naranja o azul en un interminable cambalache por hacerse con alcaldías, diputaciones, comunidades autónomas y hasta el gobierno de la Nación. Esperan, insisto, una orgía de asuntos de la máxima prioridad. Veamos.

España sobrepasa con creces el billón de euros en deuda pública. Y continúa aumentando. El Estado sigue en almoneda con unos secesionistas envalentonados y deslegitimando la democracia española (RTVE da pábulo a sus patrañas). La Seguridad Social ha entrado ya en quiebra técnica mientras los organismos independientes —tanto públicos como privados— alertan sobre un agujero negro que, de no remediarse de inmediato, amenazará derechos conquistados irrenunciables. El nivel educativo general es patético. La primera universidad española que aparece en el Informe Shanghái está en el puesto 200 en el 'ranking' de calidad y excelencia. Medio país se muere de sed y la España vaciada clama en el desierto en pos de alguna atención por parte de los poderes públicos.

Generaciones de jóvenes que miran su futuro de reojo y sin mucha esperanza

El mundo libre bracea ya sobre la 4ª Revolución, que será digital, mientras aquí debatimos acerca de si son galgos o podencos y a determinados dirigentes que venían a salvarnos del averno lo único que les preocupa es trincar una cartera ministerial para mayor regocijo de sus deudos.

Pregunto. ¿No es hora ya de ponerse a trabajar? Bien mirado, las causas que motivaron el 15-M siguen ahí, intactas. Generaciones de jóvenes que miran su futuro de reojo y sin mucha esperanza. Los mejores, las élites intelectual y técnicamente preparadas, se han ido con su hatillo en busca de oportunidades en el cada vez más estrecho mundo.

¡Póngase a trabajar de una vez! Sus monsergas estériles ya no cuelan. Hechos, hechos, hechos.