El PP de Casado: segundas partes (de Cayetana a Elorriaga)

No le viene nada bien a Pablo Casado que Sánchez no pueda muñir un Gobierno. Necesita tiempo para ordenar su casa y apuntalar su liderazgo dentro y fuera de los muros del PP. Algo tan obvio como que la Operación Chamartín podría convertirse en un desastre si BBVA y Jacinto Rey González no se ponen de acuerdo en aclarar lo del millón de metros para oficinas.

Todo el mundo ha convenido que Pablo Casado tiene un acelerado olfato para las cosas del poder. Y también que le acompaña una cierta 'baraka', salvo en la noche del 28-A cuando se quedó en 66 diputados, pero que al final ha solventado el agujero sobre la elección posterior y los pactos.

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Paola Bruni

Conozco al comandante en jefe del Partido Popular (función que ejerce sin miramientos con su dentífrica sonrisa) desde sus primeros albores en política. Los palentinos se han ejercitado durante siglos en el arte del mimetismo, entre otras cosas, porque en la mayor parte de sus vastas tierras no hay ni una mata bajo la que cobijarse. Aznarista de primera hora supo "mimetizarse" con el marianismo hasta el punto de ser su portavoz en Génova 13 a título de vicesecretario general. Buscó mantener un equilibrio entre los dos expresidentes; lo hizo con habilidad y midiendo cada gesto y cada palabra. Hasta que alcanzó el poder (interno).

Cooptó en los puestos claves a sus amigos de toda la vida a los que conoció en las NGPP y en los distintos cargos bajo las faldas de José María Aznar. Desde el ordenado Javier Fernández-Lasquetty, tipo al que interesa más el poder de las ideas que los candelabros, hasta la controvertida Cayetana Álvarez de Toledo a la que Pablo eligió sabiendo lo que se juega. Hay muchos más.

No hubo sorpresa cuando el pasado martes se conoció que Gabriel Elorriaga fue nombrado jefe del gabinete de la portavoz, el que fuera jefe de la campaña de Rajoy en 2008 y uno de sus principales colaboradores en el partido… hasta el día siguiente de perder las elecciones.

Por lo que sé, y lo sé, Mariano se ha limitado a sujetarse las lentes, estoico y marmolillo en su estilo. Alrededor de él si hubo llanto y crujir de dientes.