Palo Alto
Por
Aquí la distribución (con chacota) de altos cargos de Podemos
Juguemos a la bonoloto con la vicepresidenta en plan 'croupier'. Quizá tengamos a Monedero al frente de la CNMV o a Echenique combatiendo el trabajo en 'B'
Como se trata esencialmente de cargos, la nunca bien ponderada vicepresidenta Calvo les ha dicho a los de Podemos que está dispuesta a concederles algunas instituciones —como si fueran juguetes de trueque— para que duerman tranquilos y disfruten con la bagatela.
La verdad es que todo suena a juerga flamenca en una larga noche de orgía donde el disparate se hace carne mortal. Si no te fías para sentarles en la mesa del consejo de ministros —donde hay ministros que mandan menos que el interventor general— cómo demonios les entregas instituciones con poder fáctico que inciden en la vida del contribuyente.
Juguemos a la bonoloto con la vicepresidenta en plan 'croupier'. Quizá tengamos a Juan Carlos Monedero, que cobró 400.000 euros del chavismo por un informe sobre la moneda bolivariana, y por lo tanto, consumado experto en asuntos financieros, al frente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. A Pablo Echenique le podríamos crear 'ad hoc' una plataforma gubernamental para combatir el trabajo en 'B'; a Irene Montero, el Observatorio para la Vivienda. A Alberto Rodríguez, el canario de las rastas, comisionado para el mestizaje del Plátano y a la magistrada Victoria Rosell el sillón del pobre y escuálido Carlos Lesmes.
Hay algo realmente grave e inquietante en la oferta de Calvo. Es la concepción del Estado como un chicle que se estira a su conveniencia personal
En serio. Todo esto suena a chacota y de las gordas. Una tesis vicepresidencial para el despiporre. ¿Luego se quejan de que apenas nadie les tome en serio?
Hay algo realmente grave e inquietante en la oferta de Calvo. Es la concepción del Estado como un chicle que se estira a su conveniencia personal y partidaria y la ausencia de un mínimo sentido de la gestión presupuestaria. Cualquier decisión que se toma, por fatua que sea, conlleva gasto, mucho gasto.
Hace tiempo que sabemos su gran teoría de gran profesora de Derecho: el dinero público no es de nadie.
En este contexto, habrá que entender la carcajada del auditorio cuando la pasada semana en un aquelarre en la UIPM organizado por el lobby AMETIC, Sánchez pontificó 'urbi et orbi': España necesita un gobierno. Se quedó tan Sánchez.
Como se trata esencialmente de cargos, la nunca bien ponderada vicepresidenta Calvo les ha dicho a los de Podemos que está dispuesta a concederles algunas instituciones —como si fueran juguetes de trueque— para que duerman tranquilos y disfruten con la bagatela.