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Lo que se cuece tras el 10-N (PSOE/PP)
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Graciano Palomo

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Lo que se cuece tras el 10-N (PSOE/PP)

Si después de las próximas elecciones generales no hay una mayoría clara a izquierda o derecha, el PSOE y el PP, el PP y el PSOE tendrán que llegar a algún tipo de acuerdo

Foto: Pedro Sánchez y Pablo Casado en la ronda de consultas de principios de septiembre. (EFE)
Pedro Sánchez y Pablo Casado en la ronda de consultas de principios de septiembre. (EFE)

Al primero que se lo he oído recitar es a un antiguo dirigente del PSOE reconvertido en factótum de la opinión: si después de las próximas elecciones generales no hay una mayoría clara a izquierda o derecha, el PSOE y el PP, el PP y el PSOE tendrán que llegar a algún tipo de acuerdo para que esto eche a andar.

Veinticuatro horas después, a propósito de una conferencia del director de este diario, otros distinguidos (al parecer, también personas informadas) hablan del asunto. Esto es, que después de tanto gasto, tanto pluripartidismo, tanto soniquete y tanto líder que se cree es de verdad, al final, mis queridos amigos, para que el país ponga su presente en manos de los de siempre, tan denostados como crápulas al entender del vulgo.

Foto: Pablo Iglesias, en el Congreso de los Diputados. (Reuters)

No me parece una mala solución siempre y cuando no haya solución salomónica a comienzos de noviembre. En realidad, es algo que hubiera tenido que producirse antes, incluso en tiempos del anterior gobierno. El Partido Popular no va a entrar en ningún gobierno presidido por Sánchez; algo obvio, salvo que Pablo Casado quiera imitar a los procuradores del franquismo.

De alguna forma, desconozco cual, lo que se está vehiculando estos días por los muñidos salones de Madrid —lo que sucede en este predio tiene poco que ver con los congojos del resto de España— es que después del 10-N los dos partidos mayoritarios tienen que encontrar puntos de encuentro para fijar posición común acerca de los grandes problemas irresolutos.

Foto: El líder de Ciudadanos, Albert Rivera (i), y la portavoz de la formación, Inés Arrimadas (2i), durante la reunión del Comité Permanente del partido (EFE)

¿Especie de otoño? Creo, sinceramente, que algo más. Las cosas no están para bromas y el desprestigio de la clase política corre paragón con los dígitos del turismo en Canarias tras la quiebra de Thomas Cook. Un acuerdo, el que fuere, transmitiría la sensación de que, al menos, son capaces de ponerse de acuerdo en cómo pagar las pensiones, reducir el déficit, encarar la España vaciada, encarar el problema independentista, y presentar un plan conjunto a los efectos de propinar algún que otro empujón en la Unión Europea.

A grandes males, algún remedio.

Al primero que se lo he oído recitar es a un antiguo dirigente del PSOE reconvertido en factótum de la opinión: si después de las próximas elecciones generales no hay una mayoría clara a izquierda o derecha, el PSOE y el PP, el PP y el PSOE tendrán que llegar a algún tipo de acuerdo para que esto eche a andar.

Pablo Casado Unión Europea Canarias