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Euforia no contenida en el PP
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Graciano Palomo

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Euforia no contenida en el PP

Si las elecciones autonómicas y locales del pasado mayo no le hubieran sido propicias, lo más seguro es que ahora mismo no estuviese sentado en la planta séptima de Génova 13

Foto: Pablo Casado en un acto en Melilla. (EFE)
Pablo Casado en un acto en Melilla. (EFE)

Contemplo a la muchachada casadista, felices como perdices. Hasta su jefe de fila dice por ahí que va a ganar las elecciones… Ya sabemos la importancia que hay que dar a este tipo de declaraciones; en la anterior consulta general (28-A) dijo que no firmaba menos de 130 escaños… Se quedó en 66 y con una depresión política de las que hacen época, cierto es que luego la combatió con los pactos tras el 26-M y el mantenimiento del poder —de aquella manera— en Madrid, Castilla y León, Andalucía, Galicia y Murcia. ¡Algo es algo!

Si las elecciones autonómicas y locales del pasado mayo no le hubieran sido propicias lo más seguro es que ahora mismo no estuviese sentado en la planta séptima de Génova 13.

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. (EFE)

El principal problema que ahora mismo tiene planteado Pablo Casado es la reconstrucción del partido. Sabe que no va a ganar las elecciones de noviembre —ni siquiera le interesa—, lo que realmente demanda son cuatro años (o así) para asentarse como líder indiscutible del centro derecha, llevar a cabo una integración interna que no ha hecho (si prefiere engañarse en eso, allá él), levantar bandera con los principales valores del mundo libre —incluyendo la elemental "cultura del mérito" y no la del amiguete— y esperar que Sánchez se estrelle como hizo Rajoy con el pobre Zapatero.

Si continúa con las prácticas que aprendió cuando era el jefe de las NNGG en Madrid de dar agujero a los amiguetes de botafumeiro y poner celemín a los que no le bailan el agua, mal asunto.

Tiene otro problema. Distanciar a Albert Rivera del 'sorpasso' que no llega, pero en el que insiste. Esa será una de las pruebas del carbono que nos puede deparar (o no) el próximo 10-N.

Contemplo a la muchachada casadista, felices como perdices. Hasta su jefe de fila dice por ahí que va a ganar las elecciones… Ya sabemos la importancia que hay que dar a este tipo de declaraciones; en la anterior consulta general (28-A) dijo que no firmaba menos de 130 escaños… Se quedó en 66 y con una depresión política de las que hacen época, cierto es que luego la combatió con los pactos tras el 26-M y el mantenimiento del poder —de aquella manera— en Madrid, Castilla y León, Andalucía, Galicia y Murcia. ¡Algo es algo!

Pablo Casado