Es noticia
Casado: alisios y contra alisios
  1. España
  2. Palo Alto
Graciano Palomo

Palo Alto

Por

Casado: alisios y contra alisios

Pablo Casado necesita cuatro años por delante para constituirse en alternativa, siempre y cuando el día de 10 noviembre ponga muchos votos de diferencia con Albert Rivera

Foto: Pablo Casado en el Congreso Nacional de CSIF. (EFE)
Pablo Casado en el Congreso Nacional de CSIF. (EFE)

Tengo para mí que lo peor que podría ocurrirle a Pablo Casado y la compaña es que en la noche del 10-N se crean que son de verdad si se confirmaran los sondeos que le acercan y aún sobrepasan los 90 escaños.

Tendrá la tentación de pensar —insisto, si se confirman las sospechas que intuye la pituitaria— que se debe a su buen hacer —algo de positivo hay, naturalmente— y que de repente unos millones de españoles han descubierto en el presidente popular y en los remeros que la asisten a grandes estadistas. Como persona avezada en la lectura de los clásicos de la sociología política, sabe que las elecciones las pierde el gobierno de turno y, en este caso, la resta se debe a la incompetencia supina de sus competidores en el espectro del centro derecha. Casado necesita cuatro años por delante para constituirse en alternativa, siempre y cuando —repito— el día de 10 noviembre ponga muchos votos de diferencia con Albert Rivera.

Foto: Cifuentes, con Casado. (EFE)

Todo parece indicar que será de esta guisa. La elección de Ana Pastor como principal escudera en la lista por Madrid es un requiebro inteligente, junto con el mantenimiento de Isabel Garcia-Tejerina en puestos de relevancia.

En el "círculo interior" 'casadista' las cuentas están claras. Si sobrepasan los 90 escaños, mucho más si los superan (que está por ver y no es nada fácil) significará que habrá puesto tierra de por medio de su principal competidor en el centro derecha. Ese es el principal objetivo el 10-N. A partir de ahí, el electorado fijará su atención en la "alternativa", mucho más si la crisis que se avecina —y que niega Sánchez— termina sustanciándose en desempleo, más pobreza y miedo. En este y otros sentidos, todo juega a su favor. Le falta, sin embargo, algo esencial. Demostrar que tiene más capacidad, empaque y cintura de lo que algunas de sus decisiones han podido concluir. Sabido es que la juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo.

Los alisios soplan a su favor. Una mayoría entre la gente informada creen, hoy, que Casado llegará a presidente del gobierno. Un porcentaje mayor de los que creían en 1990 que José María Aznar dormiría en el palacio de la Moncloa. El asunto es conocer si con la suficiente fuerza como para contrarrestar los contra alisios que existen. Solo así Cristóbal Colón pudo llegar a la tierra prometida.

Tengo para mí que lo peor que podría ocurrirle a Pablo Casado y la compaña es que en la noche del 10-N se crean que son de verdad si se confirmaran los sondeos que le acercan y aún sobrepasan los 90 escaños.

Pablo Casado Cristóbal Colón