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El hombre de las mil claves que se fue
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Graciano Palomo

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El hombre de las mil claves que se fue

El periodismo de Oneto era todo lo contrario a la reproducción de las notas de prensa tan al uso en los momentos actuales, salvo raras excepciones. A él le interesaban las "claves"

Foto: El periodista, Pepe Oneto
El periodista, Pepe Oneto

—¡Joder, Graciano, cómo se escapa la vida…! —me espetó una madrugada Pepe Oneto.

—Pues no te vayas sin dejar por escrito en un libro lo mucho que sabes y te has callado de la reciente Historia de España… —respondí mientras le acercaba a su casa (no C).

Era la última vez que coincidimos como "tertulianos" en 'La Noche En 24 Horas' (TVE). Un mes después, fue despedido al llegar Begoña Alegría como directora de Informativos bajo los sutiles argumentos de "viejo" (sic) y por "facha" (sic), él, que había militado en el Frente de Liberación Popular (FELIPE) antifranquista. En la noche del día que murió, ese mismo canal trató de hacerle un homenaje. Ya lo dijo otro que se fue, Pérez Rubalcaba: "En España enterramos bien…". Seguro que Pepe estaría 'escarallándose' de risa.

Foto: Muere el periodista español José Oneto. (EFE)

Lo sustancial de la marcha de José Oneto es precisamente lo que deja en un país que me confesó no reconocer en los últimos tiempos. Era, quizá, junto con Fernando Ónega, el periodista en activo más veterano de la tribu que nos circunda. Siempre quedará su famosa pregunta a comienzos del mes de octubre de 1982 durante una enorme conferencia de prensa con Felipe González, a punto de convertirse en primer ministro con diez millones de votos. Estaba a su lado —yo era un imberbe escribidor de la gran agencia Europa Press que dirigía Antonio Herrero Losada— y me impresionó su capacidad para ir directamente al grano.

—Felipe —preguntó— ¿qué es el "cambio" que usted propone a los españoles?

—El cambio —dijo González— es que España funcione.

El periodismo de Oneto era todo lo contrario a la reproducción de las notas de prensa tan al uso en los momentos actuales, salvo raras excepciones. A él le interesaban las "claves", lo que realmente se cuece en el horno de las historias que en muchas ocasiones solo enunciadas. Lo que un cursi denominaría 'inside'.

placeholder Familiares y amigos dan el último adiós al periodista Pepe Oneto en Cádiz. (EFE)
Familiares y amigos dan el último adiós al periodista Pepe Oneto en Cádiz. (EFE)

En las horas siguientes a su muerte se ha escrito casi todo sobre el gaditano. Lo sustancial para este colega es que no se puede ser buen periodista sin ser buena persona. Y, también algo sustancial: no es necesario creerse que uno es de verdad porque la sociedad haya puesto en tus manos la posibilidad de informar, analizar u opinar sobre lo que ocurre a nuestro alrededor.

No sé si es verdad que los grandes periodistas nunca mueren. Rememorando estos últimos días los recuerdos personales que almaceno de PO, al final, la mejor forma de despedirle es replicar con un legendario poeta andaluz, asesinado por los falangistas a los inicios de la Guerra Civil:

¡También se muere el mar!

—¡Joder, Graciano, cómo se escapa la vida…! —me espetó una madrugada Pepe Oneto.

Fernando Onega