Palo Alto
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¿ERE? ¿Quién dijo ERE?
Dilatar el conocimiento público de la misma por la mera coyuntura política no beneficia en modo alguno a la propia imagen de los tribunales y de sus orondos protagonistas
Cada vez que conocemos más realidades de la jueza María Núñez Bolaños, ahora resulta que también es una artista en el arte del plagio, entiendo el porqué del escepticismo, aun desconfianza, del pueblo llano hacia la Justicia.
Se ha negado a seguir instruyendo las piezas separadas provenientes del Caso de los ERE como si la toga se la hubiera impuesto el Creador aparecido en una zarza ardiendo.
¿Qué está pasando con uno de los mayores latrocinios —mil millones de euros, como mínimo— cometidos en el solar patrio? Me consta que los jefes que gobiernan el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía decidieron no pronunciar la sentencia hasta después de las elecciones del 10 de noviembre. ¿No habíamos quedado que la Justicia tiene que ser ciega y sorda? No tengo ni idea, aunque algo imagino, acerca del contenido, condenas o absoluciones relativas a este caso. Pero dilatar el conocimiento público de la misma por la mera coyuntura política no beneficia en modo alguno a la propia imagen de los tribunales y de sus orondos protagonistas.
Lo que parece claro es que los magistrados españoles, con honrosas excepciones, no vienen aplicando el viejo adagio jurídico anglosajón según el cual "un juez no puede desconocer lo que la mayoría del pueblo conoce".
En esas estamos.
Cada vez que conocemos más realidades de la jueza María Núñez Bolaños, ahora resulta que también es una artista en el arte del plagio, entiendo el porqué del escepticismo, aun desconfianza, del pueblo llano hacia la Justicia.