"Nada es gratis" (Casado 'dixit')

Está claro que si por bloques no se suma a la hora de conformar una mayoría parlamentaria que alumbre un gobierno, siquiera un mínimo gobierno, los dos partidos mayoritarios tendrán que reunirse en el Majestic para darse un achuchón que permita dejar atrás la vergüenza institucional que supone el actual estado de cosas.

Escrito por corto y por derecho: que si el PSOE saca un escaño más que el PP (o muchos) pero no tiene capacidad de articular esa mayoría por su izquierda (harto difícil, francamente), tendrá que acudir a Pablo Casado para la abstención. Y viceversa si fuera al contrario y sonara la flauta a favor del PP, cosa sencillamente no verosímil.

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La operación para uno y otro tiene sus riesgos. Lo sustancial es que el riesgo no lo vuelvan a sufrir, como hasta ahora, los intereses generales, España como nación, y los contribuyentes en particular. Tengo la sensación de que Pablo Casado lo tiene claro. Si el apoyo de su partido fuera menester, lo hará. No necesariamente tienen que dejar muchos pelos en la gatera porque se puede explicar a sus mesnadas con argumentos serios y sólidos. Apoyo, sí, pero con estas condiciones: permanencia del Estado (Cataluña), reformas económicas para mantener el llamado Estado del Bienestar, bajada de impuestos, liberalización de los resortes que atan la iniciativa civil, etc. Estoy convencido de que ello puede suceder. Lo que no tengo tan claro es que ello pudiera ocurrir si es a la viceversa. Volverá a reeditarse en versión sanchista el "no, es no, ¿qué parte no ha entendido señor Casado…?".

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Creo firmemente que las potencias democráticas del mundo libre se gobiernan desde el centro, la moderación, sentido de la realidad y sentido común. Si ese acuerdo que avanzo se produjera habría un efecto inmediato de reacción de los extremos. No debe asustar. Dudaría un suspiro y no tendría arraigo entre el pueblo.

Si algo nos ha enseñado la historia es que nada de lo que no es verdad (aunque lo parezca) resiste dos madrugadas.