El Rey en Cuba

Se anuncia el primer viaje de Estado (lo de su padre hace años fue por la Cumbre Iberoamericana) de un rey español a la tierra donde el "ojo humano nunca vio nada tan bello…", esto es, Cuba. Me parece de perlas (del Caribe) que el rey Felipe se dé un baño —poco más podrá hacer— por uno de los pocos "paraísos" comunistas que todavía hay sobre la tierra.

Ya sé que algunos ponen pegas al maliciarse que el régimen castrista intentará un cierto blanqueo de su dictadura aprovechando la presencia del Rey de España. Mera coyuntura; Cuba, profundamente española en sus gentes, no se hundirá en el mar cuando el comunismo caribeño —exportado con enorme éxito a Venezuela, Nicaragua y Bolivia— desaparezca, que aunque resiste y parezca imposible, desaparecerá.

Felipe VI sabe, supongo, que los máximos defensores en España de los sátrapas caribeños, Raúl Castro continúa siendo el amo, son los mismos que le quieren volar la cabeza, Corona incluida. Hablo de Alberto Garzón, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. Supongo que va con la lección bien aprendida. Por gajes de mi oficio, he visitado la "isla grande" en más de veinte ocasiones. Especialmente durante el "periodo especial" (1995) cuando el Washington de Ronald Reagan decidió apretar las clavijas que coincidió con el derrumbe total de la URSS y su comunismo del frío. Tengo un entrañable afecto por sus gentes. Cuando de verdad se conozca lo que ha ocurrido allí en sus más de sesenta años de régimen, el icono que durante muchas décadas entusiasmo a la izquierda europea y mundial caerá con el mismo estrépito con el que se derrumbó el Muro de Berlín. Desde los fusilamientos del héroe nacional, general Arnaldo Ochoa, a los tejemanejes de la alta oficialidad castrista con Pablo Escobar.

Lástima que el rey Felipe no tenga la oportunidad de, al menos, saludar a la cada vez mayor y reprimida disidencia. Es cuestión de tiempo.