Es noticia
Rumbo al desastre ya conocido
  1. España
  2. Palo Alto
Graciano Palomo

Palo Alto

Por

Rumbo al desastre ya conocido

El gobierno que intenta montar el señor Sánchez, con socialcomunistas y reaccionarios independentistas no tiene posibilidad alguna de hacer reformas

Foto: Pedro Sánchez en un acto en Madrid. (EFE)
Pedro Sánchez en un acto en Madrid. (EFE)

Creo, en efecto, que en tiempos tan turbulentos como los actuales, donde todo está impregnado de una fatua e inmensa liquidez, sería de menester alejarse un poco de la melé para otear el quilombo con una cierta perspectiva en busca de alguna objetividad. Como decía el gran filósofo/teólogo San Agustín, frente a HECHOS no caben ARGUMENTOS. Y los hechos son los que son, perfectamente descriptibles, obscenamente reiterativos y sin propósito alguno de enmienda.

Escribo lo que escribo tras mirar las imágenes de los comisarios políticos de Pedro Sánchez reunidos con los políticos comisarios del presidiario Junqueras. ¿De igual a igual? Puede. ¿Con las mismas intenciones? No creo. ¿En busca de los mismos intereses personales y generales? Me cuesta mucho creerlo.

Foto: Inés Arrimadas recoge el acta de diputada en el Congreso. (EFE)

Comprendo la ansiedad del presidente en funciones por dejar la coletilla e investirse como la túnica del poder constituido, legal y parlamentariamente, pero tengo para mí que intenta hacer una tortilla de patatas sin huevos y sin patatas; a lo más, algo de cebolla extraordinariamente picante.

Creo que lo realmente importante para España y sus ciudadanos no es tener un gobierno "oficial". Lo que estimo relevante es que ese gobierno puede tener capacidad siquiera para meter mano a cinco problemas que están agostando las energías y las enormes potencialidades de una sociedad imaginativa, determinada y ambiciosa. Sobre todo, en lo referido a las nuevas generaciones que se han subido al carro de la edad de merecer.

placeholder Pablo Iglesias, en el Congreso de los Diputados. (EFE)
Pablo Iglesias, en el Congreso de los Diputados. (EFE)

Dicho en román paladino: el gobierno que intenta montar —o parece que lo intenta— el señor Sánchez, con socialcomunistas y reaccionarios independentistas o independentistas reaccionarios (reaccionan ante el signo de los tiempos) no tiene posibilidad alguna de hacer reformas y si me apuran ninguna revolución de fuste. Ninguna. Hay demasiada chulería sin causa, escasas lecturas, nada de estudio, eso sí, todo plagado de ansias de poder y protagonismo.

¿Se podría formalizar ese Frankenstein? Posiblemente. Bien. Y, después de veinte ministerios, veinte ministros, centenares de altos cargos, ¿a qué se dedican? ¿En qué gastarán el dinero que no tienen y que además nos corresponde?

Directos a un desastre que ya conocimos. La realidad, estimado ESCA (gracias), es la que es no la que tú te inventas en tu febril portátil que se ha quedado muy viejo (quizá el polvo de la caída del Muro) y muy reaccionario. Reaccionario es reaccionar ante lo nuevo y, sobre todo, utilizar tácticas 'avestrúciles'.

Creo, en efecto, que en tiempos tan turbulentos como los actuales, donde todo está impregnado de una fatua e inmensa liquidez, sería de menester alejarse un poco de la melé para otear el quilombo con una cierta perspectiva en busca de alguna objetividad. Como decía el gran filósofo/teólogo San Agustín, frente a HECHOS no caben ARGUMENTOS. Y los hechos son los que son, perfectamente descriptibles, obscenamente reiterativos y sin propósito alguno de enmienda.

Nacionalismo Reformas