Rajoy por Rajoy

Si alguien pensaba que el anunciado libro de memorias de Mariano Rajoy pudiera descubrirnos algo que no supiéramos que vaya abandonando toda esperanza como Dante a la entrada del Quinto Infierno.

Mariano es como es Rajoy. O no. Rajoy es como es Mariano. O sí.

No estoy haciendo con ello una crítica, aunque pudiera. Cada uno es cada cual y, desde luego, en mi pequeña localidad de la Ribera del Duero el maestro nos enseñaba cuando todavía vestíamos pantalón corto que no se puede pedir peras a un olmo.

A Rajoy lo tiraron por la ventana del palacio de la Carrera de San Jerónimo rompiendo los cristales. A Mariano le sacaron la piel a tiras a propósito de una sentencia firmada por un sospechoso juez en ejercicio que sigue bajo sospecha. Y no pareció enterarse de nada o que el asunto le sugiriera otra cosa que irse al Arahay a tomarse media docena de wiskys.

En el fondo y bien mirado, murió políticamente como vivió. Sin inmutarse. Sin querer entender que la política es una especie de ring, donde además de hacer cosas en beneficio de los que te pagan -los contribuyentes- tienes que devolver los mandobles al mismo ritmo y contundencia como los recibes. En el fondo, Rajoy Brey ha sido el mejor alumno de otro gallego (ferrolano) sin pasar por la Escuela Naval Militar de Marín (Pontevedra). Ha tenido la oportunidad de poner los acentos a las ies, pero ha preferido ser fiel así mismo. O no.

TE PUEDE INTERESAR

Rajoy en sus memorias: "Puigdemont me dijo 'No vas a autorizar el referéndum. No puedes"

Rafael Méndez

Con todo ello, estoy tratando de escribir que se tratan de unas memorias decepcionantes, obvias, donde no se cuenta todo lo que pasó, aunque sí pasó todo lo que se cuenta.

Tendremos que ser otros los que en breve hagamos un ejercicio 'inside' paro aclarar a los españoles lo que pasó o dejó de pasar durante unos acontecimientos que por si mismos cambiaron la reciente historia de España. Gracias Mariano por dejarnos esa oportunidad.