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Vox, de compadreo con Sánchez
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Graciano Palomo

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Vox, de compadreo con Sánchez

El espectáculo ofrecido a tres por el PP, Cs y Vox a propósito de la constitución de las cámaras no tiene paragón en muchos lustros en un país que se deshilacha

Foto: Santiago Abascal habla con Pablo Casado en la sesión constitutiva de las cortes. (EFE)
Santiago Abascal habla con Pablo Casado en la sesión constitutiva de las cortes. (EFE)

Hasta la fecha, el único éxito rutilante y descriptible que se puede apuntar Pedro Sánchez es el manifiesto cuarteo del centro-derecha y la derecha pura. Es su máxima garantía de permanencia en el poder.

Habrá que reconocer que, al menos, eso le está saliendo bien.

El espectáculo ofrecido a tres por el PP, Cs y Vox a propósito de la constitución de las cámaras, en unas circunstancias donde la izquierda, la izquierda radical y los separatistas cabalgan desbocados hacia el descontrol del Estado, no tiene paragón en muchos lustros en un país que se deshilacha a velocidad de crucero.

He procurado informarme con precisión de lo ocurrido -nada baladí en las circunstancias políticas que nos inundan- y todo indica, pese a los aspavientos del bueno de Iván Espinosa de los Monteros que tenían pactado con el PSOE su presencia en la Mesa del Congreso de los Diputados. Resultado: que la izquierda y la izquierda radical domina ampliamente el órgano de gobierno de la Cámara en una legislatura que, si empieza a caminar, será extraordinariamente complicada.

Foto: El líder del PP, Pablo Casado, charla con el de Vox, Santiago Abascal, en el Congreso. (EFE)
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No sé si fuera o fuese por su odio africano a la muchachada naranja; ignoro si los dirigentes de Vox prefirieron que el famoso “cordón sanitario” del que siempre habla la izquierda haya sido roto por, precisamente, una formación de izquierdas y de eso modo ponen en el limbo cualquier intento de volver a las andadas. Lo primero es antes que nada. Defiendo un axioma democrático: todo el mundo tiene derecho en un Estado que se precie a levantar partidos, banderas y cuantos chiringuitos tengan a bien construir. Pero es un hecho matemático esto. Si un 3 por ciento de los votos que fueron a parar a los “verdes” de Abascal se hubieran depositado en las urnas del principal partido de la oposición, es decir, el PP estaría hoy en condiciones de ofrecer a Su Majestad el Rey un candidato con posibilidades de convertirse en presidente del gobierno. Esta es la verdad. Y la verdad es siempre la verdad.

Tengo para mí que Sánchez tiene aseguradas muchas noches durmiendo en el famosos colchón del palacio de la Moncloa.

Hasta la fecha, el único éxito rutilante y descriptible que se puede apuntar Pedro Sánchez es el manifiesto cuarteo del centro-derecha y la derecha pura. Es su máxima garantía de permanencia en el poder.

Pedro Sánchez