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El grito de Inés
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Graciano Palomo

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El grito de Inés

Hay que poner en valor la ofensiva constitucional de la sucesora 'in pectore', que está batallando por evitar lo inevitable, pero pretender que los barones del PSOE se rebelen suena a chacota

Foto: La portavoz de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados, Inés Arrimadas. (EFE)
La portavoz de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados, Inés Arrimadas. (EFE)

La menuda y aguerrida Inés dejó para el arrastre al engreído y "sobrao" Sánchez en su perorata fatua, mentirosa y falsa respecto a que su gobierno es de progreso, progresista y progre. Arrimadas lo desmontó de una tacada... Comprendo la mirada de ira que le dirigía el candidato incapaz de digerir la orgía de verdades de la dirigente. La lideresa de Ciudadanos no solo dejó en evidencia al jefe de fila; mirando directamente a la bancada socialista les llamó de todo (y con razón). Ni había pestañeado cuando el orador anterior, Rufián, les humilló y de qué manera.

Foto: La presidenta y portavoz de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados, Inés Arrimadas. (EFE)

Una pena que la situación de Ciudadanos sea tan difícil. La amenaza de que este partido siga la estela UCD es grande. Solo la 'fórmula Arrimadas' puede impedir que ese peligro no cuaje. Escribo a continuación que, en los líquidos tiempos que corren, un liderazgo, por muy contundente que resulte, no puede suplir la falta de orientación de una formación y la ausencia de implantación territorial.

Albert Rivera tuvo su oportunidad y la despreció. Dicho lo anterior, hay que poner en valor la ofensiva constitucional de la sucesora 'in pectore', que está batallando por evitar lo inevitable. Los brindis al sol, los disparos a modo de salvas, conducen directamente a la melancolía. Pretender, como pretende, que los barones del PSOE se enfrenten en rebelión descarada a su comandante en jefe suena a chacota. Su respuesta ha sido unánime y generalizada: menos llamadas y más votos. Normal.

Arrimadas sabe que sin la aquiescencia de todo el centro y el centroderecha no hay posibilidad de desalojar del poder a los extremismos

A estas alturas de la sesión, Inés Arrimadas, sabe perfectamente que sin la unión del constitucionalismo, sin la aquiescencia de todo el centro y el centro-derecha no hay posibilidad alguna de desalojar del poder a los extremismos y a los radicales de su cosa.

Lo primero que tiene que hacer es llegar a algún tipo de acuerdo con Pablo Casado, porque es mucho más lo que les zurce que lo descosido. Creo que es la llamada que deben hacerse. Las fantasías políticas difícilmente se sustancian. ¿Creo de verdad que los Page, Lambán, Vara están para levantar una barricada en el PSOE e intentar recuperar el viejo jacobinismo del socialismo español e internacional?

Ya ha visto su respuesta, admirada Inés. Pero ha conseguido, al menos, que tengan que bajar la mirada.

La menuda y aguerrida Inés dejó para el arrastre al engreído y "sobrao" Sánchez en su perorata fatua, mentirosa y falsa respecto a que su gobierno es de progreso, progresista y progre. Arrimadas lo desmontó de una tacada... Comprendo la mirada de ira que le dirigía el candidato incapaz de digerir la orgía de verdades de la dirigente. La lideresa de Ciudadanos no solo dejó en evidencia al jefe de fila; mirando directamente a la bancada socialista les llamó de todo (y con razón). Ni había pestañeado cuando el orador anterior, Rufián, les humilló y de qué manera.

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