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Los radicales se masajean: extremismo llama a extremismo
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Graciano Palomo

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Los radicales se masajean: extremismo llama a extremismo

¿Alguien en su sano juicio hubiera apostado por la fórmula de Gobierno que finalmente se llevará a cabo? Hoy están todos ante el bazar Sánchez, todos a la cola del supermercado

Foto: Primera reunión de las comisiones negociadoras de PSOE y ERC. (Eva Ercolanese | PSOE)
Primera reunión de las comisiones negociadoras de PSOE y ERC. (Eva Ercolanese | PSOE)

¿Creen ustedes que Sánchez hubiera ganado las elecciones el 10-N si hubiera dicho la verdad acerca de sus intenciones? ¿Alguien en su sano juicio hubiera apostado por la fórmula de Gobierno que finalmente se llevará a cabo? Aun así, Sánchez perdió 800.000 votos y tres escaños.

Imagino qué hubiera ocurrido con las ya devaluadas siglas del PSOE —incluso antes de conocerse la sentencia de los ERE— si, como corresponde en puridad democrática, hubiera avanzado que el comunismo (que ya entonces no le dejaba dormir tranquilo) entraría a formar parte de su gobierno. Que para su investidura pactaría con ERC; que entregaría Navarra al albur de los expansionistas/izquierdistas del PNV; que haría arrumacos a Bildu; que por un voto del diputado de "Teruel Existe" estaba dispuesto a aflojar medio millón de euros que no son suyos. De extremo a extremo. El éxito de la socialdemocracia de Felipe González —catorce años en el Gobierno que cambiaron España (a mejor)— radicó en su centralismo, moderación y sentido de la realidad. Felipe entendió a la perfección que frente a la vital España socialdemócrata de entonces, había otra mitad que se regía democráticamente por otros parámetros.

Foto: Marlaska, el pasado septiembre, con la presidenta navarra, María Chivite, en la comunidad foral, donde negó que la Guardia Civil saldría de Navarra. (EFE)

El pobre Rodríguez Zapatero, al mismo tiempo que hacía millonarios a sus amigos, inició un viaje furibundo hacia el abismo no sin antes dejar el país en la ruina y en la bancarrota. Sánchez ha podido situarse en el centro, entender que el extremismo produce otros extremismos —es el caso que se puede cortar en las últimas encuestas— y que esa senda de bipolarización y tremendismo es el viaje más seguro hacia el averno. Nada que no es real permanece. Lo que estamos viviendo atropelladamente no responde a esa España que madruga y que enciende la lámpara de su mesilla cada noche para leer a los clásicos.

Acción/reacción. Me niego a creer que aquella sociedad española que asombró al mundo con su pacto civil hace cuarenta años haya muerto. Una inmensa mayoría de ciudadanos se abraza a la Constitución, que con sus fallas, continúa sin tener alternativa. Es la garantía de centralidad, moderación y sentido común. Lo de hoy es que todos están ante el bazar Sánchez. Todos a la cola del supermercado. ¿Qué hay de lo mío, presidente?

¿Creen ustedes que Sánchez hubiera ganado las elecciones el 10-N si hubiera dicho la verdad acerca de sus intenciones? ¿Alguien en su sano juicio hubiera apostado por la fórmula de Gobierno que finalmente se llevará a cabo? Aun así, Sánchez perdió 800.000 votos y tres escaños.

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) Bildu