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Graciano Palomo

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Los barones

Cuentan los barones con la inestimable ventaja de que quedan cuatro años para las próximas elecciones municipales y autonómicas, mucho tiempo para una memoria tan flaca

Foto: El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara. (EFE)
El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara. (EFE)

Las Redes se han divertido —¡y de qué manera!— estos días recordando lo dicho por gentes como José Bono, Emiliano García Page, Javier Lambán, Fernández Vara, a propósito de Podemos y la aquiescencia con los independentistas y los bilduetarras al objeto de tomar el poder. Palabras que se han comido adobadas con butifarra, naturalmente. No me extraña que Pedro Sánchez se cachondee de ellos en privado y en ocasiones hasta en público.

Los conoce tanto que se despiporra a mandíbula batiente cuando sus edecanes le pasan sus avisos. Cuentan los barones con la inestimable ventaja de que quedan cuatro años para la celebración de las próximas elecciones municipales y autonómicas, mucho tiempo para una memoria tan flaca como la española. Cuando la política se entiende como una profesión, como un oficio cómodo y facilón donde solo hay que demostrar que hay que mostrarse como un felpudo batiente/aplaudiente pasan estas cosas.

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Ahora todos los españoles que han querido enterarse —que no son muchos, francamente— pueden pensar con justeza acerca de esos nombres y apellidos. Si me apuran respeto más a Sánchez, Iglesias y hasta Junqueras —actúan casi como dicen pensar— que a esos "barones" que tragan lo que sea necesario para estar donde han dicho que no quieren estar. Sus valores son tan sólidos que pueden resistir cualquier cosa. Y todo bajo las mismas siglas.

Olvidan una cosa elemental. El tiempo todo lo puede y además pasa muy rápido. Dentro de unos años ya no estarán en el machito; les perseguirá mientras vivan la idea de que permanencieron silenciosos ante unos pactos que no les gusta y ellos lo saben.

Se pactó con algunos que realmente buscan la liquidación del Estado, gracias a ese Estado so presidentes. Se pactó, igualmente, con esos herederos de los criminales de ETA que asesinaron a sus compañeros a cuyos funerales fueron aquellos que ahora callan. En Zaragoza, los criminales segaron a la vez la vida de seis niñas. A Lambán, Page y Vara no les debería ser indiferentes los nombres, entre otros, de José María Múgica, Enrique Casas, Fernando Buesa, Joseba Pagaza o Vicente Gajate,

Barones. ¿Qué barones?

Las Redes se han divertido —¡y de qué manera!— estos días recordando lo dicho por gentes como José Bono, Emiliano García Page, Javier Lambán, Fernández Vara, a propósito de Podemos y la aquiescencia con los independentistas y los bilduetarras al objeto de tomar el poder. Palabras que se han comido adobadas con butifarra, naturalmente. No me extraña que Pedro Sánchez se cachondee de ellos en privado y en ocasiones hasta en público.