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Cuando bebíamos agua... (Iglesias)
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Graciano Palomo

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Cuando bebíamos agua... (Iglesias)

Iglesias llevaba más de un lustro "cabalgando contradicciones" pero tras la entrada triunfal en los jardines del palacio de la Moncloa, exhibiendo cartera en mano, exige todo lo que no daba

Foto: El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias. (EFE)
El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias. (EFE)

Es enternecedor ver y observar cómo todo en el antiguo furor de leopardos se ha trastocado en amor de manso gatito. Iglesias tronaba contra todo aquello que se moviera (le conocí personalmente bien en aquellos años del 15-M), especialmente si llevaba el sello PSOE.

Ya he escrito en otras ocasiones que el caso del jefe de Podemos es de 'guinness'. Un fenómeno de la cosa. En menos de cinco años ha pasado del "escrache" al oropel y no voy a entrar ni en cuestiones de 'casoplones' ni en títulos nobiliarios. Los hechos están ahí.

Foto: Pablo Iglesias, vicepresidente segundo del Gobierno. (Captura de Atresmedia)

Dolores Delgado, Lola se va con Villarejo y por cuenta de este, era un icono de las cloacas del Estado, la mujer fiscal que acompañaba a su amigo Baltasar Garzón a pegar tiros Despeñaperros abajo; la que oía como jueces y fiscales se llevaban niñas al tálamo y no hacía nada; la que había que despedir 'ipso facto' y llamaba "indigna". Ahora la eleva a los altares.

José Félix Tezanos era un esbirro en plan felpudo batiente puesto a dedo por Sánchez en el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para manipular la realidad electoral contra los intereses de la ultraizquierda, es decir, de Iglesias. Ahora resulta que no ha nacido —ni nacerá— un profesional de la cosa que pueda equiparse al ex amigo de Alfonso Guerra, dechado de honradez y pureza.

Foto: Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. (Reuters)

Iglesias llevaba más de un lustro "cabalgando contradicciones" —en palabras literales suyas— pero tras la entrada triunfal en los jardines del palacio de la Moncloa, exhibiendo cartera en mano, exige todo lo que no daba: respeto a las personas, libertad de expresión y crítica, guante blanco ante los más que descriptibles abusos de poder y un largo etcétera. Podría continuar tabulando la retahíla de desafueros verbales perpetrado por el flamante vicepresidente. No quiero caer en un fin de semana tan frío como bello en la melancolía. Hechos, necesitamos hechos.

Solo terminaré de esta guisa: ¡Vivir para ver!

Es enternecedor ver y observar cómo todo en el antiguo furor de leopardos se ha trastocado en amor de manso gatito. Iglesias tronaba contra todo aquello que se moviera (le conocí personalmente bien en aquellos años del 15-M), especialmente si llevaba el sello PSOE.

Baltasar Garzón José Félix Tezanos Moncloa Alfonso Guerra