:format(png)/f.elconfidencial.com%2Fjournalist%2Ffc4%2F0d0%2F16d%2Ffc40d016d74ec520b85186ace1a06c0a.png)
Palo Alto
Por
CNI & NSA & CIA
No parece que pueda ser alternativa a la inteligencia española los centenares de agentes que La Habana tiene desperdigados en nuestro país
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F60f%2F348%2F754%2F60f34875411a626314989ad7cb6e2f0f.jpg)
Comprendo el asombro, aun la inquietud, del general Sanz Roldán (más de diez años al frente de la Casa) desde su retiro conquense ante la posibilidad, más que cierta (Trump solo suele amenazar una vez) de que la National Security Agency (NSA) y la Central de Inteligencia Americana (CIA) dejen de cooperar con los servicios secretos españoles. No parece que pueda ser alternativa a la inteligencia española los centenares de agentes que La Habana tiene desperdigados en nuestro país.
Durante años, lustros y décadas la cooperación entre los servicios secretos occidentales —esto es, del mundo libre— ha sido fundamental para evitar atentados y proteger la seguridad de las naciones que conforman el polo de la libertad. En el caso español, fundamentalmente con Estados Unidos, cuyo papel en la lucha contra ETA todavía no es cabalmente conocido.
Durante décadas la cooperación entre los servicios secretos occidentales ha sido fundamental para evitar atentados y proteger la seguridad
Desaparecida ETA en su vertiente terrorista —hay otra más larvada que avanza políticamente, no nos vengan algunos tratando de vender ingenuidades con el mismo objetivo que preconizaban cuando disparaban en la nuca— aparece el terrorismo islámico, que sigue ahí, vivito y a bombazo limpio. El general inicialmente citado podría dar cabal razón de la importancia de esa colaboración no solo en materia de información sino también operativa sobre el terreno.
El CNI depende ahora de la ministra Margarita Robles. Al frente de la 'Casa' ha situado a otra mujer, Paz Esteban, que sabe lo que se trae entre micrófonos. Sustituir a Sanz Roldán —con todo su bagaje acumulado como agregado militar en Washington y otros destinos, amén de haber sido la cúspide en la cadena de mando militar de los tres ejércitos— no es nada fácil. Pero la marcha por razones físicas y de edad no debería menoscabar el rol de una institución como el CNI.
Ahí me quedo. Por hoy.
Comprendo el asombro, aun la inquietud, del general Sanz Roldán (más de diez años al frente de la Casa) desde su retiro conquense ante la posibilidad, más que cierta (Trump solo suele amenazar una vez) de que la National Security Agency (NSA) y la Central de Inteligencia Americana (CIA) dejen de cooperar con los servicios secretos españoles. No parece que pueda ser alternativa a la inteligencia española los centenares de agentes que La Habana tiene desperdigados en nuestro país.