Es noticia
El vertedero peneuvista
  1. España
  2. Palo Alto
Graciano Palomo

Palo Alto

Por

El vertedero peneuvista

Urkullu despreció a la Unidad Militar de Emergencias (UME) porque en su uniforme llevan la bandera española. Ahora, atemorizado, pide ayuda

Foto: El 'lehendakari', Iñigo Urkullu (d), y la ministra de Política Territorial, Carolina Darias. (EFE)
El 'lehendakari', Iñigo Urkullu (d), y la ministra de Política Territorial, Carolina Darias. (EFE)

Tienen suerte los "progresistas" y “solidarios” dirigentes del Partido Nacionalista Vasco (PNV) porque en su iglesia siempre hay feligreses con el cirio en la mano. Llueva o escampe; nieve o se torren de calor.

Mucho más si su vitola reaccionaria es bendecida por una izquierda genuflexa ante los nacionalismos arcaicos que le traen a mal traer al profesor Félix Ovejero. Así, mientras se demuestra que su famosa capacidad de gestión es una filfa en el vertedero de Zaldibar —con dos obreros sepultados y toda una comarca en mascarilla, asustada y silente ante un lendakari casi tan impotente como chulesco—, el señor Sánchez les llena el capillo en dos de sus más viejas (en el PNV todo es 'viejuno') peticiones: la gestión de la Seguridad Social y las competencias carcelarias que, en este caso del País Vasco, tiene su aquel perfectamente descriptible.

Foto: Operarios trabajan sobre el vertedero de Zaldibar. (EFE)

Respecto al vertedero, que está alarmando a Europa, apenas algunos sueltos en la prensa domesticada y escasas referencias en las televisiones libres. ¿Se imaginan la que hubieran montado la legión de corifeos de variada índole si esto hubiera ocurrido en Andalucía, Castilla y León, Madrid, Murcia, Extremadura o Cantabria? Urkullu despreció a la Unidad Militar de Emergencias (UME) porque en su uniforme llevan la bandera española. Ahora, atemorizado, pide ayuda. Parece mentira que hayan pasado por la Universidad de Deusto y los universales jesuitas no les enseñaran que el mundo sigue siendo abierto pese a los riscos de la España sin romanizar.

Hace tiempo que, a la chita callando, el País Vasco —donde continúan los guetos, sin pistolas, pero guetos— dejó de aportar nada al resto de España. Ni cariño, ni voluntad de vivir juntos. Ni un maldito euro. Se llevan más de lo que entregan. La Seguridad Social, por ejemplo, es deficitaria en aquella tierra (2.000 millones) y el sobrecoste lo reciben los jubilados vascos —tan reivindicativos— los jubilados y cotizantes del resto de España. Ya dejó claro el señor Aitor, el del tractor, que lo de España no iba con ellos y estos cuando dicen algo es que antes lo han consultado con el confesionario.

Sánchez, paralizado, les entrega la cuchara y se equipara a Roosevelt. Más bien debería aprender del Churchill, que no se dejó amilanar por el nacionalsocialismo, —en este caso, del nacionalintegrismo— egoísta y ramplón. Entregar la cuchara es lo más fácil, aunque sea a cambio de apuntalar su pobre mayoría parlamentaria.

Voy a revelar un dato relevante. En el PNV, decapitador final de Rajoy en la moción de censura, se impuso Urkullu y al resto de sus conmilitones —Ortuzar, Esteban, etc.—aduciendo que Mariano no le había hecho durante sus siete años de mandato transferencia alguna, especialmente, en su machacona reiteración en pedir competencias carcelarias. Ganó la partida. Perdió Rajoy y mucho me temo que también perderá Sánchez.

Tienen suerte los "progresistas" y “solidarios” dirigentes del Partido Nacionalista Vasco (PNV) porque en su iglesia siempre hay feligreses con el cirio en la mano. Llueva o escampe; nieve o se torren de calor.

PNV Seguridad Social