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Palo Alto
Por
Casado en horas recias
La semana pasada en la tribuna del Congreso de los Diputados hubo un responsable jefe de la oposición. Pudiera ser que pronto un primer ministro
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"…Le quiero hablar sinceramente, señor Sánchez… No como adversario político, sino como compatriota… España no está para mítines. Ni para soflamas, ni para manuales de resistencia… Los españoles necesitan certezas, no propaganda; soluciones, no promesas… Y esto no va bien… Aun así, aquí estamos, a su lado, coadyuvando a vencer a la pandemia…".
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Las dos únicas intervenciones en la que los españoles han podido ver en televisión al jefe de la oposición —normalmente se le ignora, se manipula o se combate en las oficiales (RTVE) y en las paraoficiales— atrapado por la circunstancia de ser el máximo representante de la oposición al Gobierno y al mismo tiempo en la urgente necesidad de no abandonar al pairo a ese Gobierno que cada vez que le tiende la mano intenta cortársela.
Me he leído con atención las dos piezas parlamentarias del jefe del Partido Popular (la de la aprobación del Estado de Alarma y el de la extensión del mismo) y consideraciones 'ad hominem' al margen, se pudiera concluir que son dos en el fondo y en la forma preñadas de realismo, veracidad y fundamentos morales. No es fácil su posición.
"…Somos y seremos más leales que lo que están siendo sus socios de Gobierno y de investidura… Y, desde luego, mucho más de lo que usted fue con el gobierno del PP cuando estalló el ébola, el 11-M o el Prestige…".
No hacen falta los exabruptos —menos en estos tiempos de cólera y virus— para llevar a un primer ministro ante sus propias irresponsabilidades.
"…Para salir de esta crisis, señor Sánchez, España necesita creer que es capaz de superarla. Necesita creer en quien lidera, confiar en el mejor gobierno posible…Y eso no está sucediendo, porque las palabras ya no sirven… Solo la solvencia, la credibilidad y la determinación… Y eso no está sucediendo…, señor Sánchez…".
La semana pasada en la tribuna del Congreso de los Diputados hubo un responsable jefe de la oposición. Pudiera ser que, pronto, un primer ministro.
"…Le quiero hablar sinceramente, señor Sánchez… No como adversario político, sino como compatriota… España no está para mítines. Ni para soflamas, ni para manuales de resistencia… Los españoles necesitan certezas, no propaganda; soluciones, no promesas… Y esto no va bien… Aun así, aquí estamos, a su lado, coadyuvando a vencer a la pandemia…".