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Sánchez rompe todos los puentes
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Graciano Palomo

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Sánchez rompe todos los puentes

El presidente del Gobierno no puede sacudirse su inveterada condición de ventajista ni siquiera cuando la nación se le muere entre las manos

Foto: Pedro Sánchez durante la reunión del comité de gestión técnico del coronavirus en el Palacio de la Moncloa. (EFE)
Pedro Sánchez durante la reunión del comité de gestión técnico del coronavirus en el Palacio de la Moncloa. (EFE)

El desnortado/superado Sánchez aparece hoy ante la opinión mundial —la prensa de todos los continentes aprecia ya en su persona lo que vale, por un lado, y lo que dice que vale por otro— como uno de sus pimpampum predilectos, con todo lo que significa ello para el prestigio de la nación de la que es —todavía— el primer ejecutivo.

"Sánchez tuvo una oportunidad de salvar el pellejo si hubiera aprovechado unas circunstancias excepcionales para formalizar un gobierno de concentración o al menos que tuviera una representación parlamentaria del 80%… No pudo o quiso… Ahora está bajo la bota de un tipo que le tiene a su merced…". Así analiza la situación gubernamental uno de los socialdemócratas más reconocidos dentro del PSOE por su capacidad técnica (sabe cosas) y por su sentido del Estado.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una imagen de archivo. (EFE)

Lejos de tal cosa, Sánchez ha dinamitado todos los puentes con la oposición de centroderecha. Ha intentado jugar con su buena voluntad y con su necesidad de demostrar sentido de Estado en unas condiciones trágicas, dramáticas y demoledoras para el presente y futuro del país.

Sánchez no puede sacudirse su inveterada condición de ventajista ni siquiera cuando la nación se le muere entre las manos. Soba el lomo de Pablo Casado hasta que consigue su voto para sus estados de "Excepción" —no es otra cosa lo que estamos padeciendo— y acto seguido se olvida de él. ¿Alguien en su sano juicio puede entender que un jefe de Gobierno en los actuales momentos esté más de diez días sin comunicar con el jefe de la Oposición en ejercicio? ¿Quién se ha creído el sujeto? ¿Que es Putin o algo peor? Millones de ciudadanos libres e informados no entenderían que la oposición democrática diera un milímetro más de confianza a un tipo que ha hecho de la mentira la norma. Apoyo, sí, ante notario y con garantías.

Su caída será estrepitosa.

El desnortado/superado Sánchez aparece hoy ante la opinión mundial —la prensa de todos los continentes aprecia ya en su persona lo que vale, por un lado, y lo que dice que vale por otro— como uno de sus pimpampum predilectos, con todo lo que significa ello para el prestigio de la nación de la que es —todavía— el primer ejecutivo.

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