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Dilema en forma de trampa/cepo a Casado
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Graciano Palomo

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Dilema en forma de trampa/cepo a Casado

Casado es consciente de que un líder político que aspira a gobernar no puede retratarse en la marginalidad con aquellos que llevan tiempo soltando los pies por delante

Foto: Pablo Casado, durante una rueda de prensa telemática. (EFE)
Pablo Casado, durante una rueda de prensa telemática. (EFE)

Dispongo de información suficiente para poder afirmar que el estado mayor del Partido Popular conoce perfectamente las entretelas de Pedro Sánchez. Le tienen bien tabulado y tomada la medida; tanto es así que saben que esos intentos de última hora por acariciar el lomo de Pablo Casado —mientras desde otras instancias del PSOE y UP intentan destrozarles— no es sino un burdo intento por conseguir un aval que su gestión del coronavirus no se ha ganado.

Aun así, Casado es consciente de que un líder político que aspira a gobernar no puede retratarse en la marginalidad con aquellos que —con algunos argumentos— llevan tiempo soltando los pies por delante. España necesita acuerdos, sin duda. El país necesita imperiosamente visualizar dirigentes que, al menos en teoría, persigan el interés general y en ese sentido tratar de taponar al unísono la sangría de muertes que se adueñó de la nación hace casi dos meses. Casado sabe que Sánchez busca salvar su pellejo; Sánchez es consciente de que Pablo solo le puede ofrecer su mano con la prevención de que no se la corte de un tajo. Para el jefe del PP la fiabilidad del presidente es igual a cero. Pero no puede dejar de tender la diestra y poner sordina a sus desvaríos.

Cuando la pandemia se aleje y desaparezca, llamar al pueblo a las urnas sin tardanza

No es precisamente fácil la posición del jefe de la oposición. Es un ejercicio/aprendizaje de alta escuela. Apoyo en la sensatez, sí; marrullerías y trágalas, no. No es posible ningún pacto al estilo de los de la Moncloa. Por todo. Entre otras cosas, porque los que llevaron a la investidura a Sánchez ya se han arrepentido. Así, es imposible.

Yo no estoy aquí para dar consejos a nadie. Pero se puede firmar un acuerdo para salir del atolladero criminal en el que España se encuentra, exigiendo una sola contrapartida. Podría ser esta. Cuando la pandemia se aleje y desaparezca (si se aleja y desaparece), llamar al pueblo a las urnas sin tardanza. Ellos los permitiría dar voz soberana al pueblo, que se lo merece y el que lleva la peor parte, y de paso saber si Tezanos es un cuatrero/trilero o ambas cosas a la vez.

Dispongo de información suficiente para poder afirmar que el estado mayor del Partido Popular conoce perfectamente las entretelas de Pedro Sánchez. Le tienen bien tabulado y tomada la medida; tanto es así que saben que esos intentos de última hora por acariciar el lomo de Pablo Casado —mientras desde otras instancias del PSOE y UP intentan destrozarles— no es sino un burdo intento por conseguir un aval que su gestión del coronavirus no se ha ganado.

Pedro Sánchez Pablo Casado