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Sánchez, en bancarrota, en manos de Merkel
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Graciano Palomo

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Sánchez, en bancarrota, en manos de Merkel

Sánchez cree que la Europa rigurosa y seria le salvará a cambio de nada. Entiende que será tan fácil engañar a Angela Merkel como lo ha sido hacerlo con millones de españoles

Foto: Pedro Sánchez y Angela Merkel conversan durante una cumbre en Bruselas el pasado mes de octubre. (Reuters)
Pedro Sánchez y Angela Merkel conversan durante una cumbre en Bruselas el pasado mes de octubre. (Reuters)

Cifra objetiva. De enero de 2020 a finales de abril, la deuda pública ha crecido hasta los 45.000 millones de euros. La otra cifra. El Estado necesita, como mínimo, para poder arrastrarse hasta el 31 de diciembre, no menos de 126.000 millones (cálculo conservador de los principales expertos), con una merma de ingresos galopante y la economía gripada.

Foto: El secretario general del Tesoro, Carlos San Basilio. (EFE)

La desnortada vicepresidenta económica, Nadia Calviño, la misma ministra a la que Pablo Iglesias chulea cada vez que hay un asunto decisivo en la mesa del consejo de ministros, dice ahora que no ve especiales problemas de financiación y que solo recurrirá al MEDE —rescate europeo— por "interés general". No hay que olvidar que esta titular de Economía, irrelevante y ninguneada desde el punto de vista fáctico por el morado presidente bis, dijo esto el 4 de marzo:

"Puedo asegurar que el impacto del coronavirus en la economía española será poco significativo...".

Hace tan solo unos días, entre la carcajada y el asombro general de los principales expertos, no tuvo reparo en leer en sede parlamentaria lo que le habían escrito para subrayar esto:

"La recuperación empezará en el segundo semestre del año 2020..."

Es decir, dentro de dos meses. Oigan, ¿se puede tomar en serio a estos personajes? ¿Dicen alguna verdad por su boca? Y es la que pasa por ser la intelectual y reputada de la clase. Le escriben los papeles que lee con vocecita balbuciente de acuerdo con el guion que le ordena Iván Redondo, sujeto por lo demás y como todo el mundo sabe a estas alturas, que está confabulado con la verdad y la realidad objetiva.

Foto: Un establecimiento cerrado. (EFE) Opinión

Los datos acerca de la insolvencia económica y financiera del Estado, que se deshace como un azucarillo en manos de Sánchez, son un clamor en cualquier despacho con calculadora. Incluso, un prestigioso doctor en Economía por la Camilo José Cela, sabe que la quiebra de las finanzas públicas (caída del 15% en el PIB, déficit superior al 13% y un 30% de paro) es ya un hecho tabulable, frío y desesperado. Aun así, siguen en el gasto manirroto, superfluo e irresponsable.

Sánchez cree que la Europa rigurosa y seria le salvará a cambio de nada. Entiende que será tan fácil engañar a Angela Merkel, Mark Rutte y Sebastian Kurz —entre otros mandatarios de la UE— como lo ha sido hacerlo con millones de españoles. La Europa seria —incluyendo a la Portugal del socialista Costa y la actual Grecia de Kyriakos Mitsotakis— conoce ya la catadura del primer ministro español y quién es el que realmente manda en el Gobierno de "... ese país sureño que lleva dos años creando problemas y ahora se exhibe con comunistas extremistas..." (expresión textual de un embajador de una de las naciones mencionadas).

Tengo para mí que muy pronto, Sánchez —dos años en el poder— tendrá que decidir entre pagar las pensiones y el sueldo a los 21 millones de españoles que viven del Estado y presentarse ante los prestamistas con otros compañeros de cama.

Ambas cosas a la vez, imposible.

Cifra objetiva. De enero de 2020 a finales de abril, la deuda pública ha crecido hasta los 45.000 millones de euros. La otra cifra. El Estado necesita, como mínimo, para poder arrastrarse hasta el 31 de diciembre, no menos de 126.000 millones (cálculo conservador de los principales expertos), con una merma de ingresos galopante y la economía gripada.

Pedro Sánchez Nadia Calviño PIB