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Anguita 'legacy': vivir como se predica
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Graciano Palomo

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Anguita 'legacy': vivir como se predica

El teórico comunista Julio Anguita conllevaba también un alto porcentaje ácrata y librepensador que chocaba con los estatistas de todo tipo y condición

Foto: El líder histórico de IU, Julio Anguita, en una imagen tomada en 2017. (EFE)
El líder histórico de IU, Julio Anguita, en una imagen tomada en 2017. (EFE)

El gran legado de Julio Anguita no fue su permanencia de una ideología que vio personalmente cómo se derrumbaba con estrépito con la caída del Muro de Berlín tras sesenta años de un experimento letal para los países que lo habían invocado, en muchos casos por la fuerza.

No puedo decir que me hayan sorprendido algunas reacciones de personas, teóricamente entre sus deudos políticos comunistas, porque conozco lo que el exjefe de Izquierda Unida pensaba de ellos y también lo que estos pensaban del maestro 'Califa'; entre otras cosas, que se sometió a la 'dictadura' surgida del régimen del 78 y pasó por el aro de la Monarquía y el olvido a la venganza necesaria tras la Guerra Civil y la consiguiente dictadura.

Foto: Julio Anguita charla con Carlos Sánchez Mato en su domicilio de Córdoba. (EC) Opinión
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Bien. Lo sustancial es antes que nada. Tuve ocasión de tratar con alguna profundidad con Julio antes y después de que el corazón le mandara avisos y a partir de ahí solo podíamos quedar a comer en restaurantes con carne de caballo. Tenía claro, como gran patriota español que era, quiénes eran los auténticos "enemigos": los nacionalistas y secesionistas, amén de la corrupción.

Y es aquí donde deseo navegar. El teórico comunista conllevaba también un alto porcentaje ácrata y librepensador que chocaba con los estatistas de todo tipo y condición. Su gran legado, en cualquier caso, fue y es algo que se echa a faltar antes y ahora: vivir como se piensa y aún más como se predica.

"Vivo de una pensión de 1.800 euros de mi etapa como maestro y tengo un viejo Seat León, algunos libros... Y es suficiente...". Esto es, que su trabajo político no ha resultado ninguna ventaja personal ni familiar por encima de lo que ya disfrutaba antes de dedicarse a la vida pública. ¿Será por esto por lo que se presentaron tan compungidos personajes de su ideario como Pablo Iglesias, Alberto Garzón o el actual secretario general del Partido Comunista, Enrique Santiago?

Otros 'camaradas' del PCE e IU, Cristina Almeida, sin ir más lejos, prefirieron acogerse a la bicoca de la pensión máxima pagada por el Congreso de los Diputados sin haber pagado jamás cuota alguna a la Seguridad Social. Es sabido que las palabras mueven, el ejemplo arrastra.

Ese es el gran legado de Anguita. Su ejemplo tendría que ser de aplicación obligatoria para todos aquellos que predican cotidianamente a la sociedad, especialmente entre los que abrevan en los múltiples pesebres que llenan los contribuyentes.

De aquí o acullá.

P.D. Se me olvidaba, Julio Anguita siempre creyó en la 'cultura del mérito'. Igualar por arriba no por abajo. Casi igual que Iglesias, Garzón o Santiago.

El gran legado de Julio Anguita no fue su permanencia de una ideología que vio personalmente cómo se derrumbaba con estrépito con la caída del Muro de Berlín tras sesenta años de un experimento letal para los países que lo habían invocado, en muchos casos por la fuerza.

Julio Anguita Izquierda Unida