La "oposición antipatriota" en la UE

Ahora viene la madre del cordero. Antes, durante y después de la pandemia, el Gobierno ha hecho de la capa de los españoles su propio sayo. Pisoteando muchas de las garantías democráticas establecidas a partir de 1978 y dando por buena su política de hechos consumados sobre la base de su extraña alianza con independentistas, izquierda extrema y coyunturales aliados que un columnista de este mismo diario denomina como "felpudo naranja".

Ahora el campo de juego es otro. Para los 'cuates' de la Unión Europea —que tienen que soltar el dinero, sin el cual será del todo imposible que España pueda permanecer como Estado "social"— las contradicciones y la "cara dura" de Sánchez —expresión textual de uno de sus colegas en la UE— importan tanto como una higa con rebrotes verdes.

Lo que demandan son cifras, el destino del dinero que están dispuestos a soltar rumbo a un país sureño que cada mes rebasa las cotas históricas de endeudamiento y despilfarra en chiringuitos 'ad hoc' a mayor beneficio de amiguetes y deudos políticos.

Ya llevan muchas semanas prometiendo lo que no tienen; de ahí que ahora el gran reto es que arribe dinerito fresco sin atarse los machos

El 'Sancheztéin' es mucho más frágil en Europa que aquí; en ese predio su "gran habilidad" demostrada en el mercado doméstico, según algunos de sus rendidos admiradores, tiene escaso valor. Rute no es Junqueras, Merkel no es Bildu, Kurks no es Urkullu y Lagarde no es el ignoto diputado de Teruel Existe.

Desde el Gobierno se ha iniciado una vasta campaña entre necesitada y miserable —en eso son auténticos maestros— para hacer ver a los españoles que, aquellos líderes y partidos que no secunden sus pretensiones para que la Unión dé vía libre a los 140.000 millones sin firmar ningún recibí, son reo de "lesa patria". Ya llevan muchas semanas prometiendo lo que no tienen; de ahí que ahora el gran reto es que arribe dinerito fresco sin atarse los machos.

Los métodos de Iván Redondo se parecen cada vez más a los puestos en vigor por el maléfico Roger Stone, el hacedor de Nixon, McCarthy y Trump

A ello se ha puesto el bueno de Iván Redondo, cuyos métodos se parecen cada vez más a los puestos en vigor por el maléfico Roger Stone, el hacedor de Nixon, McCarthy y Trump.

Tanto tiempo despreciando y demonizando a Pablo Casado e Inés Arrimadas y resulta que ahora son dos brazos vitales para que los demócratas europeos firmen el cheque sin el cual no hay salvación.