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Se rasgan las sotanas
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Graciano Palomo

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Se rasgan las sotanas

Vamos a ver cómo reaccionan esos obispos tan proclives a sermonear a todo quisqui ante la prédica que necesitan sus propias parroquias y sacristías

Foto: Celebración de misa en la iglesia de María Auxiliadora de Vigo. (EFE)
Celebración de misa en la iglesia de María Auxiliadora de Vigo. (EFE)

La determinación de la entente gubernamental de liquidar la educación concertada ha puesto muy nerviosos a los hombres de la púrpura (negra). Tiene su aquel porque la Iglesia española asienta su presencia básicamente en los colegios y universidades y en gran medida su subsistencia depende de esa actividad, una vez que los templos están desiertos.

Cierto es que la "concertada" fue un invento del gobierno socialista de Felipe González; aquellos años pasaron y la izquierda de entonces nada tiene que ver con la actual. La Iglesia dejó de ser un poder fáctico, ya no moviliza a nadie, dejó de dar miedo y a su paso solo encuentra desdén e indiferencia.

Ahora parecen ver las orejas al diablo. Dinero. Más dinero. Siempre han dicho —se supone que es cierto— que la educación concertada ahorra miles de millones al Estado.

La Iglesia española continúa sin encontrar su camino en los nuevos amaneceres

Pues ahora pueden dejar de hacer esa caridad. Por las informaciones que circulan estos días por la capital todo parece indicar que el dinero dentro de la "reconstrucción" hará mutis por el foro. Los señores ensotanados tendrán que mirar, de una vez por todas, a los ojos del tal Fernando Giménez Barriocanal, el hombre de la caja en Añastro 1, que ha hecho fortuna y poder desde hace muchos años en esa casa cuando tomó el testigo del cura Bernardo.

La Iglesia española continúa sin encontrar su camino en los nuevos amaneceres; es más, se ha contagiado profundamente de los males de la sociedad descuartizada y carente de mínimas referencias. Cierto es que dispone de medios informativos —algunos claramente marginales y pegados al poder—, pero la pregunta es por qué y, sobre todo, para qué.

Vamos a ver cómo reaccionan esos obispos tan proclives a sermonear a todo quisqui ante la prédica que necesitan sus propias parroquias y sacristías.

La determinación de la entente gubernamental de liquidar la educación concertada ha puesto muy nerviosos a los hombres de la púrpura (negra). Tiene su aquel porque la Iglesia española asienta su presencia básicamente en los colegios y universidades y en gran medida su subsistencia depende de esa actividad, una vez que los templos están desiertos.

Colegios Fernando Giménez Barriocanal