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Palo Alto
Por
Y de la economía, ¿qué?
Por no inquietarse, el Gobierno se muestra muy satisfecho de si mismo cuando todavía hay miles y miles de ERTES sin abonar…
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El hundimiento total del sector turístico arrastra al sector inmobiliario, al sector agroalimentario, la construcción y a toda una cadena del sector productivo del país.
He consultado a muchos empresarios (otros más jóvenes, emprendedores) acerca del negro panorama en forma de leviatán económico que nos circunda. Hay práctica unanimidad: el desastre no tiene parangón, lo nunca visto en periodos de paz. Ni siquiera les sorprende la incapacidad manifiesta del Gobierno para inquietarse por una situación realmente explosiva, ni su pasotismo a la hora de presentar planes concretos de desarrollo, exigidos por Bruselas, en los que invertir los famosos 140.000 millones prometidos.
“Es quizá en los asuntos económicos donde más se echa de menos un gobierno de amplia mayoría PSOE/PP/CIUDADANOS”, subraya uno conocidísimo empresario multinacional….”Así no podemos salir de la enorme crisis, ni vendrá ningún inversor a apostar por España…Es un problema político antes que nada…”
Por no inquietarse, el Gobierno se muestra muy satisfecho de si mismo cuando todavía hay miles y miles de ERTES sin abonar…Porque se tramitan a mano, algo que asusta (y hasta divierte) a los países más serios de la Unión Europea.
Pese a las presiones, el primer partido de la oposición no está dispuesto a pasar por el ahora de aprobar los Presupuestos Generales sin antes no hay contrapartidas claras que ahuyente cualquier fantasma populista que pase por el clientelismo o la compra de votos.
Voy a poner un ejemplo de la gravedad de la situación. La Ribera del Duero, que mi tierra, una de las comarcas más emergentes económicamente de España, se plantea no vendimiar este año. No han vendido una botella y en las bodegas no cabe un litro más. Un sector que representa el 5 por ciento del PIB y emplea a miles de trabajadores y sostiene a enorme cantidad de empresas adyacentes.
No sé si al presidente Sánchez le llegó el run/run a La Mareta y Doñana…
El hundimiento total del sector turístico arrastra al sector inmobiliario, al sector agroalimentario, la construcción y a toda una cadena del sector productivo del país.
He consultado a muchos empresarios (otros más jóvenes, emprendedores) acerca del negro panorama en forma de leviatán económico que nos circunda. Hay práctica unanimidad: el desastre no tiene parangón, lo nunca visto en periodos de paz. Ni siquiera les sorprende la incapacidad manifiesta del Gobierno para inquietarse por una situación realmente explosiva, ni su pasotismo a la hora de presentar planes concretos de desarrollo, exigidos por Bruselas, en los que invertir los famosos 140.000 millones prometidos.