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Eran camareros (hoy parados)
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Graciano Palomo

Palo Alto

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Eran camareros (hoy parados)

Recordar que solo durante el pasado mes de agosto la Seguridad Social ha perdido 40.000 cotizantes y casi 300.000 empleos, básicamente gentes que tenían su oficio en la hostelería

Foto: Un camarero trabaja en la terraza de un restaurante de la Plaza Mayor de Salamanca. (EFE)
Un camarero trabaja en la terraza de un restaurante de la Plaza Mayor de Salamanca. (EFE)

¡Qué más desearíamos todos que España de norte a sur fuera una orgía completa de Silicon Valley! Tenemos lo que tenemos. Hasta tal punto que la Unión Europea ha recriminado a la ministra Celaá las escasas "capaces digitales de los españoles, incluidos los jóvenes" y en ese aviso —no es nuevo— está todo dicho.

Alberto Garzón, el exsecretario general del Partido Comunista de España, lleva años vituperando el sector turístico y hostelero; pudiera ser que en algunos de sus exabruptos lleve razón pero el hecho cierto es que el inexistente (por desaparecido entre el oropel) no ofrece alternativa alguna que dar a los empleos que tanto desprecia. Recordar que solo durante el pasado mes de agosto la Seguridad Social ha perdido 40.000 cotizantes y casi 300.000 empleos, básicamente gentes que tenían su oficio en el servicio hostelero. En este sentido, el CEO de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer, harto de estar harto, ha mandado un recado a la mallorquina al Gobierno y específicamente a su presidente. "Aquí —dice— casi todos estaríamos más tranquilos con un presidente que liderase como Merkel…".

Foto: El ministro de Consumo, Alberto Garzón. (EFE)

Los repugnantes datos del paro se producen con un gobierno en el que Garzón está en el poder. ¿Qué hacemos, gran estadista? Esos camareros están en ERTE, ERE o simplemente en sus casas mano sobre mano. ¿Les hacemos a todos funcionarios como en su adorada Cuba?

Naturalmente que España tiene que hacer un esfuerzo extraordinario y aprovechar las terribles circunstancias que nos atenazan para cambiar en lo posible el modelo de crecimiento y subrayar desde la "resiliencia" las nuevas oportunidades que ofrece el conocimiento tecnológico. Ello lo debe hacer en primer lugar (como siempre fue) la iniciativa privada pero apoyada en un poder público cuyos detentadores sean técnicamente capaces, no abreven en modelos vencidos por la Historia (URSS) y tengan mirada amplia y cultura suficiente.

¿Entienden ustedes por qué tengo dudas?

¡Qué más desearíamos todos que España de norte a sur fuera una orgía completa de Silicon Valley! Tenemos lo que tenemos. Hasta tal punto que la Unión Europea ha recriminado a la ministra Celaá las escasas "capaces digitales de los españoles, incluidos los jóvenes" y en ese aviso —no es nuevo— está todo dicho.

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