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Graciano Palomo

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Orden general: España va bien

Los ciudadanos no se merecen que se les mienta; están muy avezados para tratar día sí y noche también hacerles deglutir gato por faisán

Foto: Un hombre protesta con sus cazuelas desde el balcón de su casa en Valladolid. (EFE)
Un hombre protesta con sus cazuelas desde el balcón de su casa en Valladolid. (EFE)

Me susurran que la orden general del gran valido monclovita a la inmensa brunete progubernamental es una y nada trina: ¡España va bien!

Debió, por lo informado, ejercitar durante sus largos años sirviendo a concejales, alcaldes y presidentes autonómicos del PP: "No dejes que la realidad te estropee una buena propaganda…".

Suma y sigue. Los ciudadanos de este país saben que el virus de Wuhan no lo ideó Sánchez; esos mismos contribuyentes son conscientes de algo tan obvio como que la pandemia que asola el mundo no es solo cuestión española; conocen los moradores de esta nación que en un orbe globalizado no hay soluciones individuales ni fáciles. Todo eso lo conocen o lo intuyen. Aún saben mejor que millones de ellos sufren hoy inmisericordemente los frutos de la pandemia, incluso, los rigores de la crisis instalada ya antes del maldito bichito.

No se merecen que se les mienta; están muy avezados para tratar, día sí y noche también, de hacerles deglutir gato por faisán. ¿Una prueba? Miren, dos millones y medio de televidentes buscan cada mediodía y cada noche a Sandra Golpe y Vicente Vallés para enterarse de lo que ocurre realmente en España. Declinan, en millones de casos hasta repudian, los botafumeiros olorosos de una RTVE (1.300 millones de euros cada ejercicio en dinero público) en posición de saludo y en donde no se guardan ni las formas. En este tiene mala suerte el gran Sandokán monclovita y su Rasputín personal. En un mundo tecnificado no se pueden poner puertas al campo.

La propaganda exagerada es un 'boomerang' que termina por volverse contra el que la practica

Pese a lo que veo alrededor en el use y disfrute del poder (omnímodo) soy de los abonados a una sentencia que me dejaron grabada en mis tiempos de universitario McLuhan y Dovifat: nada de lo que no es verdad permanece por mucho tiempo. Hemos visto, en la semana que agoniza, a un vicepresidente del Gobierno quejarse amargamente de que el IMV no llega… "a uno o a lo sumo dos casos", parodiando al gran Simón. ¿Ante quién se queja? ¿No es usted el máximo responsable gubernamental de la cosa? Si no está conforme con el hecho de que Sánchez le chulee cada dos días, la puerta no tiene llave… Se cuelga la mochila y a otra cosa mariposa.

La propaganda exagerada es un 'boomerang' que termina por volverse contra el que la practica.

Me susurran que la orden general del gran valido monclovita a la inmensa brunete progubernamental es una y nada trina: ¡España va bien!

RTVE Vicente Vallés Sandra Golpe