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Dividir, un antiguo truco que acaba en sangre
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Graciano Palomo

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Dividir, un antiguo truco que acaba en sangre

"España —dijo Bismarck— es la nación más fuerte del mundo… Los españoles llevan mucho tiempo intentando autodestruirse y no lo consiguen"

Foto: Dos manifestantes en Barcelona. (EFE)
Dos manifestantes en Barcelona. (EFE)

Ali Smith (Inverness. Escocia, 58 años), acaba de publicar 'Cuarteto estacional', que está causando sensación en el Reino Unido. Me ha llamado especialmente la atención su diagnóstico acerca de las divisiones que trato de aplicar al mundo en el que vivo, es decir, España.

"Dividir, subraya Smith, es el truco más antiguo de la política y siempre termina en sangre…". ¿Quién divide hoy en España?

El éxito histórico de Adolfo Suárez no fue otro que perseguir y conseguir unir a todo el país con un único objetivo: la democracia. Felipe González persiguió y consiguió aglutinar a todo el país para lograr que la Unión Europea nos acogiera en su seno. Luego llegaron Aznar —guerra de Irak— y un tal Zapatero abrió las tumbas y volvimos a las andadas, aunque nada parecido a lo de Sánchez, al que se le llena la boca hablando de "unidad" y luego se conduce justamente en dirección contraria.

Dividen, finalmente, aquellos que atentan contra el sentido común en busca siempre de intereses espurios

Acabo de leer una declaración de Rafael Nadal, un icono nacional que sí une (salvo a los rabiosos de siempre), acusando a los políticos de dividir a la sociedad española ocupada en la mera supervivencia. Dividen los secesionistas, 'of course'; dividen aquellos que persiguen implantar sus modelos caducos, repletos de naftalina, a una sociedad que aspira a respirar aire puro, sin ira, saboreando libertades y dejando que ese aire fluya con tolerancia, mesura y hasta sentido del humor, tan acendrado entre nuestro pueblo. Dividen, finalmente, aquellos que atentan contra el sentido común en busca siempre de intereses espurios. No hace falta poner nombres y apellidos porque están en el común.

Foto: Rafa Nadal, escuchando el himno de España. (Efe)

Rajoy intentó, sin excesivo éxito, unir al pueblo español en un intento de salir del atolladero en una ruina económica que había heredado por el señor de las cunetas. Sánchez se ha dedicado a estirar la cuerda por los extremos (en beneficio propio, naturalmente) para que el adversario doble la rodilla. Sin embargo, como ya conocemos de qué va el muchacho, albergo la esperanza (espero que no fatua) de que, como los principios sobre los que asienta su poder político son tan propios de Marx (Groucho, no el otro), pueda entender ahora que ha llegado al poder que dividir no le saldrá gratis y que es mucho más rentable, él que aspira a la gloria histórica, ser sensato, aunque solo sea por una vez.

¡Cómo recuerdo estos días la vieja frase del viejo mariscal Bismarck! "España —dijo— es la nación más fuerte del mundo… Los españoles llevan mucho tiempo intentando autodestruirse y no lo consiguen".

Ali Smith (Inverness. Escocia, 58 años), acaba de publicar 'Cuarteto estacional', que está causando sensación en el Reino Unido. Me ha llamado especialmente la atención su diagnóstico acerca de las divisiones que trato de aplicar al mundo en el que vivo, es decir, España.

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