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Sánchez & Iglesias: el zoco de los prodigios
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Graciano Palomo

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Sánchez & Iglesias: el zoco de los prodigios

Asentados férreamente en una matemática parlamentaria antinatural cabalgan frenéticamente a lomos de un pollo descabezado y sin más rumbo que su propio interés

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, durante la presentación de los Presupuestos. (Reuters)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, durante la presentación de los Presupuestos. (Reuters)

Lo escribo por corto y por derecho: prometieron la socialización del oro, la Ítaca feliz, la transparencia como referente democrático, la ejemplaridad en el frontispicio del poder público, el ensanche de las libertades por doquier. Iban a enterrar, sin cura ni miserere, toda la corrupción de la derecha para implantar un reino de desinterés personal y bonhomía. ¿Con qué nos encontramos?

Con un maratón de 'chorroborreces' (inutilidades técnicas manifiestas), una orgía de clientelismo trufada de corruptelas y un alarmante vaciado de la caja pública a mayor gloria de quienes tienen la llave. En román paladino: el mantenimiento del poder a cualquier precio y sobre cualquier valor democrático que se precie. Los datos objetivos para poder sustanciar lo anterior se apilan como legajos polvorientos sobre el tapete de la realidad nacional.

placeholder Aspecto de una terraza de un bar cerrado del centro de Barcelona. (EFE)
Aspecto de una terraza de un bar cerrado del centro de Barcelona. (EFE)

En las últimas horas se pueden tabular tres datos incontestables: los desempleados se acercan a los cuatro millones, el Estado de la mano del gobierno socialextremista recula ante las pretensiones de los separatistas precisamente en un asunto capital para cualquier nación que se precie (la lengua común) y desde las entrañas mismas del poder se pone en marcha una operación encubierta para controlar la información en la que todavía es la cuarta potencia de Europa.

Prometieron no dejar a nadie atrás; son millones los que no han cobrado lo prometido; legión aquellos que lo han perdido todo; pero ellos —como viene sucediendo en las mejores 'nomenklaturas'— nunca tuvieron la oportunidad de enriquecerse tanto y presumir de oropel y fanfarria. Asentados férreamente en una matemática parlamentaria antinatural cabalgan frenéticamente a lomos de un pollo descabezado y sin más rumbo que su propio interés. Lo demás, son cuentos para inyectar en vena de una sociedad atemorizada, triste y macilenta.

Prometieron no dejar a nadie atrás; son millones los que no han cobrado lo prometido; legión aquellos que lo han perdido todo

Los argumentos sensatos, moderados y razonables no sirven para nada. El contexto validado son las mentiras parlamentarias encuadernadas entre vítores de ganapanes y políticos sin más valor que el nombre devaluado como tal.

Solo queda Europa como asidero. Incluso, ¡si fuera como clavo ardiendo…!

Lo escribo por corto y por derecho: prometieron la socialización del oro, la Ítaca feliz, la transparencia como referente democrático, la ejemplaridad en el frontispicio del poder público, el ensanche de las libertades por doquier. Iban a enterrar, sin cura ni miserere, toda la corrupción de la derecha para implantar un reino de desinterés personal y bonhomía. ¿Con qué nos encontramos?

Política Pedro Sánchez