Un extremeño amaga y se acongoja

Uno de los barones socialistas que se tiene por tal, el extremeño Guillermo Fernández Vara, médico por estudios, ha sido el primero de los tres tenores en ejercicio (Lambán y Page continúan en modo silente) que ha venido a justificar las fechorías de un gobierno que milita bajo las mismas siglas que él. Tilda de "fracaso colectivo" el hecho de que su caudillo Sánchez haya pactado con los herederos de ETA —bajo sus pistolas perecieron docenas de extremeños— y el personal se le ha rebotado. El problema es el PSOE desbocado y la impotencia demostrada de sus gentes para poner coto al desvarío.

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Iván Gil

¿Acaso son responsables los ciudadanos que les pagan en Extremadura, Castilla-La Mancha y Aragón la culpa de los compañeros de viaje escogidos por su secretario general en un clamoroso olvido de memoria, dignidad y justicia? Luego, ha llegado la lideresa andaluza, cada vez más perdida entre la niebla, a decir que lo único que espera de los exetarras es que pidan perdón a los españoles. Debe ser la única que no se ha enterado del choteo que se traen en la tribuna del Congreso de los Diputados y la risa que les embarga.

No hay fracaso colectivo; sí deshonra para los militantes y votantes socialistas incapaces de decirle a su 'conducator' que por ahí, no. Muchos de ellos están más que hartos de contemplar cómo se utiliza su vetusto partido para desandar lo caminado. El resto de la cuestión va de suyo.