Palo Alto
Por
Marlaska, 'time off'
Si fuera verdad que Sánchez prepara una remodelación ministerial —¡en todo caso si Iglesias se lo permite!— en todos los botes aparece señalado el despido el titular de Interior
El exmagistrado Fernando Grande-Marlaska, el mismo que hizo toda su rutilante judicial enganchado del brazo del Partido Popular y ahora cuestiona sus presupuestos democráticos, entra en barrena.
El mismo hombretón que pidió a Mariano Rajoy, por tres veces y utilizando a su hermana Mercedes, un alto cargo —a ser posible fiscal general, ministro, e incluso Defensor del Pueblo—, ha consumado en la semana que agoniza los argumentos de por qué un cabal funcionario del Estado puede acabar en el más completo de los ridículos. El poder. La vanidad vacua.
Si fuera verdad que Sánchez prepara una remodelación ministerial —¡en todo caso será si Pablo Iglesias se lo permite!— en todos los botes aparece señalado para el despido del titular de Interior, claramente superado por las circunstancias. La Guardia Civil, silente, no le traga. La Policía Nacional, más silente aún, no le soporta. Su complejo ante el leviatán Iglesias es perfectamente descriptible. Su pobreza argumental cuando la oposición aprieta en el Parlamento podría concluir que estamos ante un político acabado... Claro, si fuera un Gobierno "normal".
En el entorno monclovita, Iván Redondo sabe, ya que existen pocos 'inputs' positivos que pueda recoger en Castellana, 5. Y esto es siempre letal para un comedor de coco tan fundamental cerca de Sánchez. Ahora, ha encabritado a alcaldes al esparcir por la península los migrantes que se acogieron en primera instancia en Canarias. Con nocturnidad y alevosía, después de afirmar "con toda rotundidad, oiga, con toda rotundidad" que no haría tal cosa. El hecho cierto, a ojos de cualquier mediano observador informado, es que Marlaska se ha convertido en el mejor aliado de las mafias que aumentan su opíparo negocio a costa de desvalidos seres humanos.
Don Fernando, hombre inteligente dicen, tuvo ocasión de aprender de sus maestros jesuitas en la otrora prestigiosa Universidad de Deusto, la enseñanza del padre Arrupe que tenía vitola japonesa: "Cuando no te hables con ningún vecino de tu comunidad, cambia de domicilio".
Además de Marlaska, hablan como candidatos al cese de Salvador Illa —¿cuántos muertos, ministro?—, Margarita Robles y el valenciano de las ONG, José Luis Ábalos. Yo no apostaría por la marcha del levantino. ¡Sabe demasiado! ¿De dineros?
El exmagistrado Fernando Grande-Marlaska, el mismo que hizo toda su rutilante judicial enganchado del brazo del Partido Popular y ahora cuestiona sus presupuestos democráticos, entra en barrena.