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Un año de Gobierno: con arrugas y sin futuro
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Graciano Palomo

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Un año de Gobierno: con arrugas y sin futuro

Son conscientes, o no, de que gobiernan un Estado que está en bancarrota y ahora mismo incapaz de salir del atolladero con sus propias fuerzas

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a los vicepresidentes Carmen Calvo y Pablo Iglesias. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a los vicepresidentes Carmen Calvo y Pablo Iglesias. (EFE)

Se cruzan apuestas acerca de si el actual Gobierno de coalición llegará a la San Silvestre de 2021. Tengo para mí que no solo llegará, más bien sobrepasará esa fecha en el calendario. Ello pese a las evidentes contradicciones, las pasiones de poder desatadas, las promesas incumplidas, los navajeos 'ad hominem' y las incompetencias manifiestas.

Doce meses de Gobierno –cierto es que con un factor pandémico que no estaba previsto en los papeles suscritos del pacto– arrojan muchas dudas acerca de que sea el gabinete más propicio para capear una situación general extraordinariamente complicada. Errores de bulto, monumentales errores, incapacidad técnica, rectificaciones a gogó… ¿Qué los une? El poder. Punto.

Foto: El ministro de Sanidad y candidato del PSC, Salvador Illa (i), acompañado del secretario general del PSC, Miquel Iceta (d). (EFE)

Sánchez aporta al acervo común del Gobierno social-comunista —ignoro por qué les molesta tanto que se los reconozca así, porque así se definen ellos mismos— un dato transcendental para su propia supervivencia: ha laminado por completo al antiguo PSOE hasta el punto de convertirlo en una formación a su exclusivo servicio e interés. Del PSOE constitucionalista y socialdemócrata que fue clave para sustanciar el milagro de la Transición y el posterior cambio operado en España no quedan más que unas siglas y unos conmilitones entregados y hasta derrotados.

Iglesias ofrece al Gobierno de coalición su caudillaje en una bancada podemita entregada, entre otras razones, porque aquellos privilegiados que conforman la “nomenklatura” no se han visto en otra. Ahí tenemos, sin ir más lejos, ese director general con BMW de alta gama estrellado y huido. La política les ofrece lo que, en general y salvando excepciones, no conseguirían por méritos en la sociedad civil abierta y competitiva.

Errores de bulto, monumentales errores, incapacidad técnica, rectificaciones a gogó… ¿Qué los une? El poder. Punto

El único hálito de optimismo que ventean sus dos líderes —Sánchez&Iglesias, Iglesias&Sánchez— lo sitúan ellos mismos en el “rescate” económico que la Unión Europea les ha prometido si cumplen una serie de exigencias en forma de requisitos. Son conscientes, o no, de que gobiernan (sic) un Estado que está en bancarrota y ahora mismo incapaz de salir del atolladero con sus propias fuerzas.

Dicen los rumores que el señor presidente del Gobierno se apresta a remodelar el Gabinete aprovechando la saga/fuga del bueno de Illa. Quizá no debería desaprovechar la ocasión porque si abandonara por un momento el inquietante silencio de los parajes monclovitas podría oír lo que de verdad piensa la calle y masculla la “gente” esa que reclamaba no hace mucho tiempo para sí y en exclusiva el señor Iglesias.

Se cruzan apuestas acerca de si el actual Gobierno de coalición llegará a la San Silvestre de 2021. Tengo para mí que no solo llegará, más bien sobrepasará esa fecha en el calendario. Ello pese a las evidentes contradicciones, las pasiones de poder desatadas, las promesas incumplidas, los navajeos 'ad hominem' y las incompetencias manifiestas.

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