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PSOE: de las 'black' a la "conspiración" de Margarita
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Graciano Palomo

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PSOE: de las 'black' a la "conspiración" de Margarita

El dúo Marlasca/Iglesias la acusan 'sotto voce' de conspirar para alzarse con el santo y seña. Ahora resulta que hacer y decir cosas razonables es "conspirar"

Foto: El secretario general del PSOE. (EFE)
El secretario general del PSOE. (EFE)

Es comprensible el desconcierto y hasta cierta indignación/desasosiego que invaden a las mesnadas socialdemócratas que todavía habitan en el PSOE. El partido como tal ha dejado de existir a mayor coronación del señor de la Moncloa.

Son sus procederes, los que acojonan a esos millones de votantes honrados, coherentes y disciplinados que desean permanecer bajo disciplina socialista pero que no soportan el yugo impuesto en su exclusivo beneficio por Sánchez y sus privilegiados cuates.

No saben a qué carta quedarse y les resulta muy difícil poder defender en la calle, la cafetería o la universidad a un Gobierno que capota, se contradice y solo acierta cuando rectifica. Todo gira al socaire que marca el conductor, dependiendo de su humor y estado de ánimo. Verbigracia. Ordena a sus diputados que abran una investigación parlamentaria sobre las tarjetas 'black' del Emérito, por exigencia y presión de los escrupulosos podemitas –no cuando se trata de esclarecer sus propias corruptelas, que las tiene–, y en el último momento dice que hay que cerrar esa vía para no encrespar a la concurrencia.

De seguir así, pronto estaremos en posición de acariciar alguno de los gulags que tanto gustan a sus eventuales compañeros de cartera

Todo así. Como exigencia al cortoplacismo que exige el gurú guipuzcoano. Nada tiene de extraño en ese contexto que la coherencia, seriedad y sentido común de la ministra de Defensa, Margarita Robles, empieza a cotizar en el foro. Nada. La exjueza sabe –parece ser la única dentro del gabinete– que hay cosas con las que ni se puede jugar ni se pueden hacer gracietas. Su enfrentamiento ancestral con Marlasca, el máximo ejemplo de incoherencia personal y política postrado de hinojos por mantener un coche oficial y unos gastos reservados, es un 'input' más que pone en valor su dirección ministerial.

Tampoco es que sea algo radicalmente grandioso, histórico o monumental. No. Se sabe la ley, la cumple y exige su cumplimiento. No. Es consciente de que forma parte de un Gobierno que debería empezar a respetarse a sí mismo. El dúo Marlasca/Iglesias la acusan 'sotto voce' de conspirar para alzarse con el santo y seña. Ahora resulta que hacer y decir cosas razonables es "conspirar". De seguir así, pronto estaremos en posición de acariciar alguno de los gulags que tanto gustan a sus eventuales compañeros de cartera.

Es comprensible el desconcierto y hasta cierta indignación/desasosiego que invaden a las mesnadas socialdemócratas que todavía habitan en el PSOE. El partido como tal ha dejado de existir a mayor coronación del señor de la Moncloa.

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