Es noticia
Cuando Machado era como Puchi
  1. España
  2. Palo Alto
Graciano Palomo

Palo Alto

Por

Cuando Machado era como Puchi

Creo que Iglesias, el fenómeno que pasó en poco más de un lustro de la nada marginal hasta llegar a la vicepresidencia, ha cometido tres errores monumentales

Foto: El vicepresidente, Pablo Iglesias, durante la entrevista. (La Sexta)
El vicepresidente, Pablo Iglesias, durante la entrevista. (La Sexta)

Creo que Iglesias, el fenómeno que pasó en poco más de un lustro de la nada marginal hasta llegar a la vicepresidencia con alto poder de decisión gubernamental, ha cometido tres errores monumentales que le suponen un antes y un después en su descrédito como líder de los descamisados.

El primero, desde luego, no vivir como predica. Ello se puede sintetizar gráficamente para el común en Galapagar y todo lo que el famoso chalé del millón de euros conlleva, Guardia Civil incluida. El segundo, cuando se ha convertido y ha convertido a sus fieles más fieles en 'casta', arramplando con todo el oropel (y la pasta) que conlleva tener poder y que antes tanto denostaba, no sin razón en muchos casos. Ahí está, sin ir más lejos, el caso de su asesor personal Cristóbal Gallego encaramado al consejo de Enagás con una remuneración de 146.000 euros, más otras prebendas.

Foto: Pablo Iglesias. (EFE)

Y, finalmente, la comparación del fugado, presunto corrupto, Puigdemont (Puchi para los amigos) de la justicia que se imparte en un Estado democrático y europeo. Puede entenderse el tacticismo electoral con las elecciones catalanas a la vista como algún requiebro de masajeo a los independentistas, esos que tanto le gustan al morado; pero comparar al huido con Antonio Machado, Manuel Azaña, Claudio Sánchez Albornoz, por citar tres ejemplos de los miles que podrían traerse a colación, es algo que remueve aquellos de sus tumbas. Hay que comprender la sorpresa indignada de familiares y deudos.

Nunca logré entender la fascinación que ejerce el nacionalismo y el separatismo en la izquierda española. Ni por planteamientos teóricos ("¡Arriba, parias de la tierra!"), ni por cuestiones de praxis política. Nada más hay que ver la respuesta que dieron los gobiernos de izquierda cuando en sus territorios brota la pandemia del nacionalismo o el independentismo. Salvo en España.

Creo que Iglesias, el fenómeno que pasó en poco más de un lustro de la nada marginal hasta llegar a la vicepresidencia con alto poder de decisión gubernamental, ha cometido tres errores monumentales que le suponen un antes y un después en su descrédito como líder de los descamisados.

Carles Puigdemont Independentismo