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Deuda: 335 millones diarios más pobres
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Graciano Palomo

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Deuda: 335 millones diarios más pobres

El montante de la deuda pública española, la que tendrán que pagar usted, sus hijos, sus nietos y sus tataranietos, hoy está por encima del billón cuatrocientos mil millones de euros

Foto: La ministra de Economía, Nadia Calviño. (EFE)
La ministra de Economía, Nadia Calviño. (EFE)

Ofrezco una gran noticia. Pedro Sánchez ya ha alcanzado su minuto de gloria. Que batan los tambores y resuenen las fanfarrias. El gran Sánchez ya ha entrado por derecho propio en el Guiness de los récords.

El mismo hombretón con hechuras de gran estadista (según sus principales deudos, que no son pocos), el mismo figurín de gran tesis doctoral, el presidente ("porque yo soy el presidente") que lleva persiguiendo durante casi tres años pasar a los anales como el presidente que "arregló la economía española" (palabras textuales), ya tiene su lugar en el arconte de Atenas.

Atención, amigos. Jamás en la larga historia de España hubo un primer ministro que bajo su mando la deuda pública del país, su pasivo, se disparara desde el 95 por ciento del producto interior bruto (PIB) hasta el 117 por cien. ¡Con un par y sacando pecho!

Foto: Foto: iStock.

Si alguien conoce a otro presidente del Gobierno que en tan solo doce meses en términos absolutos aumentara cada día la deuda pública (la nuestra, la del pueblo) en 335 millones de euros, que pase y lo diga. Escrito de otro modo, Sánchez ha aumentado en más de 20 puntos básicos las deudas que firmaron ante la UE y la comunidad financiera José Luis Rodríguez Zapatero en el año 2008 y Mariano Rajoy en 2012. Es decir, que el montante de la deuda pública española, la que tendrán que pagar usted, sus hijos, sus nietos y sus tataranietos, al día de hoy está por encima del billón cuatrocientos mil millones de euros. Datos puros y duros.

¿Le importa el dígito al señor presidente? A juzgar por sus procederes, decididamente NO. Lejos de apretar el cinturón en los gastos corrientes de su Administración, los expande. Lejos de reducir la grasa de un Estado sin la menor solvencia, la aumenta. Lejos de transmitir a la sociedad gestos de modestia y austeridad ofrece elementos 'bokassianos' (en su propio entorno) que escandalizan a sus pares dentro de la UE, especialmente aquellas potencias que ahora tienen que acudir a su rescate y cuyos mandatarios viven modestamente y dando cuenta de hasta el último céntimo que gastan del contribuyente.

Uno tendría la tentación de colegir, a la vista de sus comportamientos diarios, que está más interesado en dividir al centroderecha, enfrentar a unos españoles con otros, a repartir patentes democráticas y garantizarse que seguirá gobernando en el 'detritus'.

¡Que continúe el jolgorio! Saber utilizar la calculadora también debe ser una deriva 'facha'.

Ofrezco una gran noticia. Pedro Sánchez ya ha alcanzado su minuto de gloria. Que batan los tambores y resuenen las fanfarrias. El gran Sánchez ya ha entrado por derecho propio en el Guiness de los récords.

El mismo hombretón con hechuras de gran estadista (según sus principales deudos, que no son pocos), el mismo figurín de gran tesis doctoral, el presidente ("porque yo soy el presidente") que lleva persiguiendo durante casi tres años pasar a los anales como el presidente que "arregló la economía española" (palabras textuales), ya tiene su lugar en el arconte de Atenas.

Atención, amigos. Jamás en la larga historia de España hubo un primer ministro que bajo su mando la deuda pública del país, su pasivo, se disparara desde el 95 por ciento del producto interior bruto (PIB) hasta el 117 por cien. ¡Con un par y sacando pecho!

Pedro Sánchez