Hacia el Estado fallido

Embajador de un país “austero” de la Unión Europea al columnista que esto suscribe.

-Con el nivel de deuda, con el desmadre gubernamental, con la incapacidad del Gobierno para llegar a acuerdos con la oposición reconocida en Europa, con las cada vez más enormes colas del hambre, con la inexistencia de un plan gubernamental para sajar los forúnculos cancerígenos, con una clase dirigente que no se reconoce en Europa, con la pérdida de influencia internacional más que evidente, con la presión independentista que no disminuye, nadie puede negar que tu país se ha convertido en un serio problema para el resto de los 26 países que componen la UE…”

El problema para el columnista es que, en efecto, es difícil rebatir al poncio europeo. Tengo para mí que el gobierno Sánchez, específicamente, su presidente, desprecian, al menos públicamente, la posibilidad de un “rescate” “ad hoc” con el nombre de España y apellidos concretos de sus actuales mandatarios. Se ha convertido en un clásico aquello de que los países y dirigentes que desconocen su historia están obligados a repetirla.

La situación económica/laboral está bajo mínimos. En ese contexto, la pandemia -cien mil muertos ya de los que el poder ignora y desprecia de manera brutal- no puede ser una excusa. Países menos preparados con anterioridad que España y con menos tejido productivo, caso de Polonia, han presentado ya en Bruselas un plan de rescate que está siendo un éxito. Por el contrario, el gobierno Sánchez solicita cada semana anticipos para ir tapando agujeros… De derrota en derrota hasta la victoria total…

Como estará la cosa que hasta Juan Carlos Monedero, millonario, solicitó recientemente su comisión a “Neurona” para liquidar su hipoteca

Irónicamente, el Parlamento en sus sesiones de control, se dedica a lo de un tal Hässel, un delincuente donde se mire, a las trampas que cada semana le pone el Vicepresidente, a las mentiras de un tal Marlasca, y las excusas baratas de tres ministros acosados por el enorme escándalo de corrupción bajo el epígrafe de “caso Isofotón”. Y, desde luego, a negar la mayor como siempre ha ocurrido cuando alguien pilló a alguien con las manos en el jurdó.

Nada sobre la inseguridad jurídica, menos de la inseguridad fiscal, nada sobre la malversación de dinero público, y muchos menos de los gastos “reservados” de los que viajan en coche oficial, incluso duermen, por cuenta del contribuyente.

El lobo baja a las llanuras cuando tiene hambre. Y aquí empiezan a extenderse las colas de los necesitados mientras los que manejan la caja suelen pedir la cena a restaurantes de lujo. Como estará la cosa que hasta Juan Carlos Monedero, millonario, solicitó recientemente su comisión a “Neurona” para liquidar su hipoteca.

¡Vivir para ver!