Algo se mueve (lentamente) en el centroderecha

Posiblemente, los dirigentes del Partido Popular y Ciudadanos no tengan cabal idea de lo que piensan sus militantes, votantes y simpatizantes acerca de la situación general política por la que atraviesa España.

Quizá estos dirigentes, muy jóvenes todos ellos, desconozcan la inquietud 'in crescendo' de la mitad de España (como mínimo) que produce un país devastado por la pandemia, destruido en su tejido productivo, ahogado por la deuda que no deja de crecer, lastimado por la quiebra de sus principales instituciones y, finalmente, asolado por el desempleo.

El sistema democrático tiene en la posibilidad de alternancia en el poder uno de sus principales argumentos. Escrito en román paladino: que haya posibilidades ciertas, a través de una mayoría de votos expresados en las urnas, de sustituir un Gobierno por otro.

¿Es imaginable en cualquier cabeza medianamente informada y amueblada que ello se puede dar aquí y ahora? No parece que esa alternancia pudiera ser posible con tres marcas diferentes, siempre y cuando no se modifique la Ley Electoral, que, evidentemente, no se va a cambiar.

Esa mayoría social de centroderecha, europeísta, liberal, moderna y en progreso (meritocracia frente a clientelismo y sectarismo), está exigiendo, silenciosamente en unas ocasiones y encorajinada en otras, una respuesta por parte de aquellos líderes que tienen la responsabilidad de ofrecerla. Concretamente, el señor Casado y la señora Arrimadas.

No parece que esa alternancia pudiera ser posible con tres marcas diferentes, siempre y cuando no se modifique la Ley Electoral

Tengo para mí, información en ristre, que algo se mueve, sí, pero muy lentamente. No deberían olvidar que Sánchez apretará el botón cuando Redondo se lo ordene, se deshará de los pegajosos podemitas, y convocará elecciones generales. Para eso necesita que mejore ligeramente la economía y descienda el insufrible dígito del paro. Creen, que si llegan los Fondos Europeos de Reconstrucción, esas circunstancias podrían conjugarse.

¿Va a pillar otra vez a contrapié a los que desde el voto útil pueden desalojarle del machito? Lo que se puede observar en este momento es que Abascal les está comiendo el melocotón.