Andalucía: otra forma de gobernar (y ganar)

En este mismo periódico hace unas horas se vaticinaba que el PP de Juanma Moreno Bonilla, que preside el Gobierno autónomo, cuenta, al parecer, con el respaldo mayoritario de los andaluces, muchos de los cuales vieron con recelo la llegada de un ejecutivo regional de centroderecha tras más de tres décadas de “régimen” socialista en aquella tierra.

Tampoco hace falta ningún sondeo a tal propósito. Basta con girar la vista al sur de España para percatarse, en efecto, de que aquellos males que la izquierda preconizó cuando Juanma Moreno y Juan Marín (Ciudadanos) se hicieron con las riendas políticas de la región más poblada del país.

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Isabel Morillo. Sevilla

Lejos de arramplar con las “conquistas sociales” que teóricamente la izquierda había implantado en Andalucía, el centroderecha ha sabido en momentos extraordinariamente complicados gobernar con templanza, sentido común e impulso. Simplemente deja que la sociedad civil y sus fuerzas ‒empresarios, autónomos, emprendedores‒ pongan en valor su talento y su determinación por salir adelante y demostrar a los extraños que los ciudadanos de esta región no son ni “vagos” ni “maleantes”. En poco tiempo el cambio ha sido posible.

He escrito desde la templanza y el sentido común. Que es lo que falta en otros gobiernos y en otros dirigentes políticos. También, a diferencia con determinada conmilitona, Moreno Bonilla no saca pecho ante Génova 13 y su relación con el presidente del partido es impecable y de confianza.

Frente a hechos quedó comprobado que los argumentos palidecen. Y es lo que está ocurriendo en Andalucía. La lideresa de antaño se bate hoy en retirada ante la ofensiva que su cordial enemigo interior lleva tiempo planteando.