Palo Alto
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Ayuso tiene suerte: todos contra ella
Ayuso se ha limitado a escoger buenos colaboradores tanto en lo que respecta a la gestión sanitaria como a los fabricantes de estrategias políticas
La pregunta está en todos los salones de la Villa y Corte. ¿Cómo ha sido lo de Isabel Díaz Ayuso? ¿Tenía la joven madrileña talentos desconocidos? ¿Cómo ha pasado de ser la cuidadora de la perrita de Aguirre –acusación al unísono de la izquierda– a una lideresa política que la desfachatez de los asesores monclovitas ha convertido en contrincante máxima del presidente del Gobierno?
Sinceramente, por una vez, la pregunta se responde con lógica de Perogrullo. Ayuso se ha limitado a escoger buenos colaboradores tanto en lo que respecta a la gestión sanitaria como a los fabricantes de estrategias políticas. Y después se ha limitado a resistir los empellones desmesurados y sospechosos sin meterse debajo de la mesa. De esa manera, la presidenta madrileña hace bueno el dicho de Cela: aquí, quien resiste gana.
Resulta entendible la inquina sanchista contra Madrid. Su ciudad y comunidad se le resisten. Algo que no puede entender y le saca de quicio
En política como en la vida toda exageración conduce directamente a la irrelevancia. Ha sido, es, tan exagerada la enemiga del sanchismo contra la joven Ayuso que ha tenido la virtualidad de reunir a su alrededor a toda la enemiga sanchista que pulula por España, enemiga que va en aumento y no desfallece. Desde acusar a la jefa del Gobierno autónomo (en funciones) de haber sido la culpable de la pueril escapada del futbolista Marcelo a Valencia a intentar que tomara cuerpo una mentira, esa que dice que se han cerrado los centros de salud durante la Semana Santa y, por lo tanto, se ha dejado de vacunar a los ciudadanos más expuestos. Resulta que el consejero de Sanidad convocó a media docena de periodistas para que levantaran acta de que se inyectaba el antídoto contra el virus. Punto.
Resulta entendible la inquina sanchista contra Madrid. Su ciudad y comunidad se le resisten. Algo que no puede entender y le saca de quicio. "¡Yo soy el presidente! ¡Que soy el presidente, coño!" Ignoro si Díaz Ayuso peca de “protagonismo” y autoconsideración. Pero que eso lo diga Sánchez resulta un tanto obsceno; ignoro también si la jefa de la CAM intenta con “fuegos de artificio” tapar su gestión “cero”… Pero que sea Sánchez precisamente el que acuse no provoca sino chacota.
Escrito lo anterior, no comparto el exagerado optimismo que se describe entre las mesnadas del 'ayusismo'. No parece que existan dudas respecto a su victoria a comienzos del próximo mes de mayo. Lo reconocen en privado dirigentes de la izquierda, entre ellos los más próximos a Gabilondo. Otra cosa es que cuente al final con la mayoría de votos parlamentarios para residenciarse los próximos años en la Real Casa de Correos.
En este caso y por una vez, dos y dos no suman cuatro.
La pregunta está en todos los salones de la Villa y Corte. ¿Cómo ha sido lo de Isabel Díaz Ayuso? ¿Tenía la joven madrileña talentos desconocidos? ¿Cómo ha pasado de ser la cuidadora de la perrita de Aguirre –acusación al unísono de la izquierda– a una lideresa política que la desfachatez de los asesores monclovitas ha convertido en contrincante máxima del presidente del Gobierno?
Sinceramente, por una vez, la pregunta se responde con lógica de Perogrullo. Ayuso se ha limitado a escoger buenos colaboradores tanto en lo que respecta a la gestión sanitaria como a los fabricantes de estrategias políticas. Y después se ha limitado a resistir los empellones desmesurados y sospechosos sin meterse debajo de la mesa. De esa manera, la presidenta madrileña hace bueno el dicho de Cela: aquí, quien resiste gana.